jueves

Imperio

Esclavos.

Cruza el túnel, siente las cadenas
caer y respira libre al fin
hasta que te manden en primera
fila a pelear por eso que
otros llaman darte la libertad

No te detengas, si no te matan
las balas de tus antiguos amos
lo harán las de aquello que
se llaman libertadores.

La noche cae, tiene el tono
de tu piel, el alba el de la
sangre que corre por las venas,
pero alguien piensa que es mejor
que mueras antes que aquellos
que se llaman civilizados.

Hay que pelear por mantener la libertad
que te han otorgado, ignorando que
nacimos libres y que un tono
semejante al de la piel de los cerdos
no te hace omnipotente.

Los huesos se acumulan,
los de todas las razas sobre la tierra
y son del mismo color,
incluso comparten el mismo destino:
el del polvo del tiempo.

Excusas.

Las cargas están listas,
esta noche habrá fuegos artificiales
y aún no llegan al día de su independencia.

La máquina se pone en marcha,
hay que expandirse a costa de que
otros deban ser pisados.

El barco espera en la bahía,
sus ocupantes ignoran el destino
que sus hermanos les han preparado.

Un subterfugio, eso solo hace falta,
y suficientes explosivos para que se vea
desde lejos, la conmoción dará paso
a la caza de brujas.

Ya no son antorchas y capuchas
pero todo el montaje viene oculto,
dando paso al primer acto de
esto de apoderarse del mundo.

Guerra.

Paz, paz, paz,
si la quieres porta un fusil
e invade la casa de tu vecino.

Seguro que no te hizo nada,
pero esa cara de fundamentalista
del miedo te hace tener que
apretar el gatillo.

Habla luego de derechos humanos,
pero siembra el campo de cadáveres
no sea cosa que piensen que lo afirmado
sea solo una letra muerta.

Recursos, recursos, recursos,
es necesario no pasar frío en invierno
y calentar a los descendientes de los
esclavos, los que se han sumido
en el mismo mar decadente que
el resto de los de piel rosada.

Total, los del sur hacen todo
el trabajo pesado y forman la
primera fila de la avanzada.

Insurgentes.

Rebelde,
nombre puesto a los que
defienden sus hogares ante
el avance de los aliados.

Muerte, 
es todo lo que ellos traen
y unas cuantas excusas junto
con las municiones de sus armas.

Niños, hombres, mujeres,
todos caen ante las balas de los libertadores
y los gobiernos no son sino títeres.

El mundo observa impávido,
mientras puedan mantener su estatus
no importa lo que ocurra en otra parte.

Se llenan la boca hablando de derechos humanos
pero lo único que hay son humanos deshechos
por sus bombas, sus tratados internacionales
y su genocidio encubierto.

Rojo.

Nos trataron de ateos,
nuestros cuerpos recubrieron los cerros
mientras las riquezas de la tierra
eran transportadas hacia la civilización
al otro lado del mar.

Nos tildaron de comunistas,
permitiendo que un montón de bastardos
de nuestra propia sangre nos desaparecieran
mientras los demás miraban el balón correr.

Nos llaman ignorantes, tercermundistas
y retrasados, las municiones y los marines
reemplazan los libros y  los docentes,
tu cultura de plástico se ha instalado
en la calle de mi barrio, pero yo me sigo
resistiendo a tener que asimilar
toda esa basura que pretendes venderme.

Tal vez deba comprar un lote en la luna,
si alguna vez los humanos llegan a esa
roca desierta de todo, incluso de vuestra
estupidez tridimensional.

Justicia infinita.

Dios, te invocamos cada vez que
estamos por bombardear un hormiguero
o rematar a un enemigo que ya está vencido.

Dios, guía nuestros misiles que buscan
la paz de éste mundo, haciendo de él
un paraíso en la tierra o una roca calcinada.

Dios, muéstrame la verdadera lengua
y no le pongas subtítulos, comida rápida
y casino para todos los que no son
de esa tierra de rubios resplandecientes.

¿Dios, cuántas veces te hemos nombrado
antes de caer en la barbarie? Los de afuera
no son nuestros hermanos, son incultos,
ignorantes, pobres y peligrosos.

Bárbaros, mojados que tratan de cruzar
el Mediterráneo y que por suerte para
los civilizados no lo logran.

Dios, dime dónde estás
o será que nos has dado la espalda
al vernos tan sanguinarios
y sin memorias.

La película se repite,
cada vez que hay que asesinar a alguien
aparecen los héroes portando sus armas
en esa pantalla gigante.

Dedicado a todos aquellos que forman parte de esa cultura llamada Civilización, los que han inspirado estas líneas mientras siguen con la matanza. 

¡Libertad, fraternidad e igualdad!

Puedo recordar

Puedo recordar el primer día de clases,
un agujero en la hoja de tanto borrar,
un golpe con un tirante en la rodilla.
La ternura de Angélica, 
los consejos de Zulma,
la sonrisa de Elda.
La voz de mi nonna llamándome desde
la puerta de su casa, ese gol fatídico 
lejos en el tiempo y un par de ojos traviesos
burlándose de los sueños adolescentes.
Una tarde en la que cae el sol de diciembre
mientras el colectivo vuelve a casa
y el último saludo a un amigo 
al que no volveré a ver más.
Tenías razón, siempre.

Imagina

Purgatorio,
si existe debe verse así.
Almas cansadas, 
obligadas a transitar por esos
escalones entre los despojos
del ayer y la incertidumbre del mañana.
Buscando entre las grietas
algo llamado justicia,
que en éste plano
no es más que un escrito sellado.
Los que la administran
se atrincheran entre expedientes,
asistidos por un ujier
que evite las brechas en el muro
de la inoperancia, la lentitud
y la falta de ganar para otorgar
eso que llaman justicia.
Justicia,
algo que ni un ejército de cuervos
logran conseguir.
Ir a la justicia,
poner tu nombre en la sala de espera
para que otros sopesen cuánto 
le corresponde en éste plano temporal.
¡Imagina un mundo sin todas esas cosas!

Quién leerá esto

Henos aquí sacando letras de entre el barro y la pobreza,
tú nos llamas ignorantes y consumes todo lo que te venden
deseando cualquier cosa que esté disponible.
Vives pendiente de lo que hacen los demás,
tu vida está en oferta en una gran vidriera
para que los otros la puedan comparar.
Todo se reduce a unos cuantos caracteres,
a un gran circo de vanidosos y palabras
vacías, sorna en plenitud.
A esta inmundicia virtual
en la que las relaciones son infinitas
pero ninguna real.

Ilusiones

He venido desde el barro del despojo a posarme sobre
tus hombros y quitarme los recuerdos de la noche
pasada cuando confíe en ti y me traicionaste.
El camino concluía en ese verde prado pero pronto
descubrí que era la forma con la que atraías a tus victimas
hacia tu fortaleza, sometiendo sus sueños y aplastando
sus vidas si osaban revelarse.
La vida en está prisión transcurría segundo a segundo
con golpes de pico sobre las piedras, buscando el oro
que le siguiera dando brillo a tu vida.
Un día alguien encendió la mecha y todo empezó a arder,
tus guardias eran meras ilusiones, esa prisión se desvaneció
quedándonos los dos solos mientras tu gritabas y derramabas
lágrimas secas tratando de justificarte.
Al final encontré el camino que extravíe hace tanto
por quedarme bajo tu falso calor y ahora el barro se adhiere
de nuevo a mis botas mientras me voy por él,
dejando atrás la columna de humo que cubre tu decadente existencia.

Reflejado

Nunca fue de ansiar demasiado algo, sabiendo que con trabajo
y dedicación era posible conseguir un mejor pasar pero sin caer
en esa vorágine propia de esos tiempos, consumista y llena de vacío.

Así que le gustaban las cosas sencillas, una copa de vino al anochecer,
un fuego en la noche viendo la leña crepitar, la pequeña casa cerca
del mar en donde pasaba las horas escribiendo cuando decidía
escaparse de toda esa locura festiva, en la que las personas eran
atraídas como polillas por vidrieras consumistas.

Y los días se volvían una eternidad mientras él no dejaba
que la tempestad lo arrastrara.

Ídolos

Ídolos en un pedestal que vale millones,
figuritas repetidas de juegos y portadas
la victoria sigue siendo ajena
pese a la contribución por evitarlo
hay un solo Mascherano, 
lamentablemente.
Los huevos que faltan
sobran en las publicidades,
en tanto el barrilete se aleja
en el cielo de Halley.

Salieron a pacificar

Salieron a pacificar los sitios que querían poseer
y depredaron todo, incluso la sangre de esa tierra.
Por el agua, por el oro negro o por cualquier otra cosa,
siempre la excusa es buena.
Insurgente el que se resiste, 
rebelde aquel que ve a los suyos 
despedazados por barras y estrellas.
Lo demás es una cinta repetida en una caja boba,
tergiversándolo todo para justificar
el genocidio al que nos someten.

Humanos

Por accidente encontró el fuego
y desde ese momento le negó 
un lugar a quien hasta entonces
había compartido con el éste viaje,
por el mundo que descubrían día a día.
Aprendió a fundir los metales
y los bosques en los que corría libre
fueron talados y cercados,
negándole el paso a los demás.
Levantó enormes edificios,
monumentos a su soberbia
y sólo los que pueden pagar viven en ellos.
Descubrió como curar enfermedades
pero si tienes suficiente metal,
sino que te consuma y tus restos
podrán ser usados para los que
puedan pagar el tratamiento.
Y al final lo único que queda libre
es el mar, eterno y memorioso,
viendo hundirse en la mediocridad
a quienes salieron de él.
Las flores nos maravillan
pero las cortamos, una tras otra,
y a los pájaros que eran libres cuando
pusimos un pie en la tierra
los metemos en las jaulas
del metal que aprendimos a manipular.
Una tras otra generación 
engendra demonios que persiguen
sueños materiales, porque la paz
con uno mismo no tiene forma física
ni valor alguno.
Al menos para los que han nacido
en una sociedad de plástico
y de desinterés, por lo que no tiene
trascendencia dentro de esa caja boba
a la que muchos han hipotecado
una gran parte de su vida.

Sangra amor, sangra

Amar
solo ese debería bastar,
pero aquí estamos
en éste momento de indecisiones.
Buscando una excusa en cualquier parte
como si tanto gruñidos resolvieran algo
de todo esto que nos pasa.
Nuestro amor sangra
clamando seguir vivo
mientras nos enfrascamos en discusiones
sin sentido que nos hacen perder
la vista de aquello que 
es lo único que importa.
Nosotros.Amar
solo ese debería bastar,
pero aquí estamos
en éste momento de indecisiones.
Buscando una excusa en cualquier parte
como si tanto gruñidos resolvieran algo
de todo esto que nos pasa.
Nuestro amor sangra
clamando seguir vivo
mientras nos enfrascamos en discusiones
sin sentido que nos hacen perder
la vista de aquello que 
es lo único que importa.
Nosotros.

Huellas

Puedo borrar tu número,
las notas sobre el refrigerador,
las fotos que ahora son digitales
como la vida de algunos.
Aun así las lágrimas vertidas perdurarán 
al igual que las caricias, las risas 
y los besos que me obsequiaste.

Sangre

El viento trae los gritos de
la victoria en una marea azul
mezclada con la dorada gloria,
mientras cada movimiento
de los guerreros los acerca
más y más a la estocada final.
Permanecen en éste campo de batalla,
el griterío incesante se ha
transformado en un cuerno de batalla
y la sangre explota al sonar de él.
Ella los ha guiado hasta aquí
venida desde el otro lado del océano,
a través de cientos de barcos
que escaparon de la devastación.
Ahora duerme en cada uno de nosotros,
el estandarte al viento
la muestra tal como ha sido
derramada en ese manto blanco
sobre las montañas recubiertas de pinos,
mientras su portador la transfería a otro.
Y ahora mezclándose con esta marea
al otro lado del mar, lejos
de la península pero tan cerca,
cuando otro día glorioso comienza
y esa sangre late con más fuerza
aun en la adversidad para 
alcanzar la gloria.

Hermanos

Se detuvieron en la llanura,
la lluvia los cubría
como una manta protectora,
no sentían el frío
el llanto se les había secado
de tanto andar batallando.
Los escudos golpeaban enemigos,
las espadas dejaban un lago rojo
formándose sobre la planicie.
El martillo era implacable,
manejado por la mano experta
del guerrero recubierto de cicatrices
que la larga barba cubría.
Un reflejo azul a su derecha
le indicó que su hermano se movía
segador entre los rivales,
su existencia y su espada
eran un resplandor en el medio de
la batalla que los reunía.
Al amanecer cesaron,
el sol los cubrió de tibieza
y entonces los dos contemplaron
el renacer del mundo
tras la caída de los demonios.

Gloria

Las escenas pasan
quedando la gloria
entre tantas postales,
el tiempo no ha empañado
lo que ellos consiguieron
en los campos lejanos
de oriente.
Justo cerca del sol naciente
yace durmiendo el eco 
de las batallas que libraron
y que pese a la distancia
que nos separa de esa tierra,
su recuerdo es tan nuestro
que atesora las vitrinas
de ese santuario de la ribera.

Septiembre

Diez años desde aquel cumpleaños sin vos,
diez estaciones que he atravesado solo
esperando verte en cada una de ellas.
Diez temporadas festejando y padeciendo
junto a los colores que son tu herencia,
la de mi Padre, tu Hijo, tu Nieto.
Diez años que no parecen nada
pero que denotan tu ausencia,
aun cuando me he dado cuenta 
de que pese a que no estás aquí
vives en nosotros.

Gesú

Bajo la antigua montaña
justo por encima del fuego del dragón,
moran los maestros de la roca.
Duros cómo granito,
el alma en calma igual a la lluvia
y el corazón delatando al trueno,
mientras siguen forjando
el salón de HammerHand.

Cuando sopla el viento desde el poniente
y la lluvia golpea la ladera ancestral, 
ruge el trueno en lo alto de la forja
entonando los enanos una canción
en honor a HammerHand.

Chocan las copas rebosantes de 
Cerveza y de Malbec.
¡Dejen entrar a los piel verde
y a los orejas largas!
A todos les daremos la bienvenida
en los salones de roca.

Brindan los orcos de Grokk
y los cara pálida de Carrara,
no añorando ni el páramo ni
el bosque, en el interminable festín
en honor al más grande guerrero
que haya pisado una contienda.

Séptima

Hombres codiciosos invadieron la ciudad
como un enjambre de carroñeros,
topándose con las defensoras.
La última de siete los enfrentó,
cubierta de plata,
sus aceros se movían
recubriéndose de sangre
hasta que al final sólo quedó ella.
Sintió la tierra temblar,
las brujas negras traían
la plaga de demonios
a través del bosque del sur.
Ahora únicamente quedaba ella
para evitar el final
de la ciudad de los navegantes.
Trepó hasta la torre,
encontró la habitación de cristal,
la luz arcana guiaba a las
naves evitando los acantilados.
Tomó el manuscrito
y comenzó a recitar las palabras
conjurando el hechizo.
La montaña del sur se estremeció,
los antiguos moradores
despertaban al fin de su sueño,
blandiendo martillos,
escudos de acero,
bajando desde la fortaleza de piedra
derribando a los invasores,
invocando al viento y al trueno
purgando a las brujas negras.
Se detuvo cansada,
mientras ella viviera
la ciudad estaría a salvo.
Pronunció el nombre
de un guerrero caído,
le pidió a los dioses que cuidaran
de él por ella, hasta que la senda
de plata se formara en el cielo.

Final y principio

La estación se ve rebasada de
personas que van y vienen,
las naves rojas se van llevándoselas,
las horas se han vuelto piedras pesadas
mientras espero que llegue mi turno
en el andén al que he llevado
todos mis sueños y dudas.
Febrero se va,
nuestra amistad parte con él,
la noche es fresca
me voy dejando atrás a la mujer
a la que en otra época amé.
Lo que queda es esta Emperatriz,
sentándose cómoda en un trono vacío
mientras el humo se va hacia el cielo
cubriendo la noche de recuerdos.
Tus paso llamaron mi atención
una noche de marzo,
hace más de una década,
si te propusiste meterte debajo de mi piel
no tuviste que hacer nada para conseguirlo.
La mano se apoyó sobre mi hombro
cuando las cosas se pusieron difíciles
y ésa misma mano se abrió 
pretendiendo arrojarme al vacío,
siendo rescatados por los que 
no buscaron nunca nada a cambio.
Ahora tu imagen se borra
en medio de la niebla que cubre
el camino por donde vago,
recordando cada día esos
dos ojos azules implacables.

martes

Será que acaso

Será acaso que esta época hace aflorar todos los sentimientos
y más de algún recuerdo, es como ver la vida a través de un vidrio
sin poder cambiar la escena que pasa ante nuestros ojos,
meros testigos de algo que yace más allá de toda razón.
Así es como tantas cosas se nos hacen presentes,
un beso, una caricia, una palabra de alguien que se ha ido
y la lista parece no tener fin, las lágrimas tampoco.
Tanto que añoramos otras cosas, sin tener muchas veces
algo de todo eso, olvidando que lo más importante
no es amarrocar cosas en una cofre
sino tener aquello necesario e indispensable.
Un amigo, un amor, un motivo para cada día,
lo demás se puede ir al carajo,
yo no lo necesito y no lo quiero.

Fútbol

El único credo que tiene más fieles
que cualquiera de las religiones que existen,
el único que habla todas las lenguas
y que pone en plano de igualdad
al norte y al sur.

El único cuyo himno no está escrito,
que no tiene límites, ni banderas
definidas, pero su nombre está 
en todas partes.

A la vuelta de las calles de nuestro barrio,
en La Boca, Núñez y Avellaneda,
en el corazón viola del Artemio Franchi,
en las calles de Génova, Napolés, 
Vecchiano, Vicopisano, 
sobre los médanos de Océano,
en la Ría de Ajó y Tuyú,
pero por siempre en nuestros corazones.