Bajo el árbol que hay en el cielo
el viejo can se echa y ve cumplido
su sueño de sentirse una planta,
tras aquel último grito vino la paz
ahí lo esperaba Pierre dado que
el Señor D. se había ido a jugar
entre las estrellas con un pedazo de roca.
Los demás perros corrían de aquí
para allá, intentando frenar la tormenta
para que los de abajo no terminen
escondidos debajo de un auto
a la espera de que cesen los truenos.
Es así como ese cachorro vuelto adulto
ha encontrado la paz y un lugar
donde siempre brilla el sol,
convertido en un enorme pino
en una esquina del firmamento.
Y los abrojos se quedaron lejos.
Esta obra está licenciada bajo la Licencia Creative Commons Atribución 2.5 Argentina conforme se describe en la página intitulada "Creative Commons". "No hay nada como escribir. Todo lo que haces es sentarte frente a la máquina de escribir y sangrar" (Ernest Hemingway).
domingo
Hoy
Me han matado
soy la portada de un noticiero
degradado de mi condición humana,
cada vez que me nombran en vano
muero una vez más.
Te llenas la boca con la búsqueda
de justicia pero mis derechos se murieron cuando exhalé por última
vez y la marcha bajo la lluvia quedó
como una postal de este mundo líquido.
Me han matado hoy, no volveré al atardecer a abrir la puerta mientras
el perro me lame la mano, mucho menos
a discutir con otro hincha de fútbol.
Me fui, soy historia y a esta sociedad vacía le importa un carajo, de no ser así
no habría tanto carroñero suelto haciendo
publicidad con algo que no tenemos.
soy la portada de un noticiero
degradado de mi condición humana,
cada vez que me nombran en vano
muero una vez más.
Te llenas la boca con la búsqueda
de justicia pero mis derechos se murieron cuando exhalé por última
vez y la marcha bajo la lluvia quedó
como una postal de este mundo líquido.
Me han matado hoy, no volveré al atardecer a abrir la puerta mientras
el perro me lame la mano, mucho menos
a discutir con otro hincha de fútbol.
Me fui, soy historia y a esta sociedad vacía le importa un carajo, de no ser así
no habría tanto carroñero suelto haciendo
publicidad con algo que no tenemos.
jueves
Contradicciones
Caminamos,
llevamos nuestra esperanza
en procesión a través
de un teatro nublado
y escuchamos la sentencia
impávidos como sabiéndolo
de antemano.
Luego
volvimos con el resto de los peatones
hacia nuestro refugio,
un café en una esquina
antes de alcanzar el objetivo.
El hombre
veía el debate en televisión,
los pañuelos verdes se agitaban
al viento en medio de una sociedad llena
de contradicciones.
llevamos nuestra esperanza
en procesión a través
de un teatro nublado
y escuchamos la sentencia
impávidos como sabiéndolo
de antemano.
Luego
volvimos con el resto de los peatones
hacia nuestro refugio,
un café en una esquina
antes de alcanzar el objetivo.
El hombre
veía el debate en televisión,
los pañuelos verdes se agitaban
al viento en medio de una sociedad llena
de contradicciones.
viernes
Montaje
Así los ríos siguen su curso, parece ser que no hay forma de evitar todo esto
un maelstrom que se lo lleva todo a la rastra, incluso los sueños
hechos del barro de la desesperanza para los que han visto como su vida
se va en medio de la correntada mientras esperan una ayuda de arriba.
Pero el de ahí no está, ocupado en seguir construyendo poder
le tira cada tanto un hueso, no sea cosa de que se olvide quién es
el que manda e hipoteca cada bocanada de aire a perderlo todo
cada dos bienios para así mantener la casbah a salvo
con el acerbo, el pequeño infante y los lacayos sonriendo obsecuentes.
Por si a alguno se le ocurre contradecir el orden de las cosas
el ejército aguarda en las sombras del océano digital,
saliendo cual troll de las montañas a desprestigiar
a aquel que ha osado amenazar al amo, a la espera de que este
se acuerde de tirarles un puesto vitalicio en ese montaje escénico
convertido en creación de reglas que luego no se cumplen.
domingo
Otoño atlántico
I)
Una copa de vino, un alargue de hace un año, una radio moderna y los aparejos de pesca, no recordaba tu voz pero enseguida disipó esa niebla también para ponernos al día.
Los protagonistas de la escena aparecieron nuevamente como al volver a abrir un libro, sólo que esta vez eran personas a las que amamos y que el tiempo nos ha quitado aunque sin verlo nosotros somos ellos prolongados en la eternidad.
II)
El verano se ha ido siendo reemplazado por el viento que anuncia mucho antes al invierno, tal vez sea crudo y gélido como antaño, tal vez pase sin pena ni gloria como la última primavera que fue más agua que otra cosa y hasta el verano era un desquiciado al tornarse de un caldero al frío estelar.
Tormentas sorpresivas y ráfagas combinadas con el servicio meteorológico que no la pega nunca, parece ser que esa oficina la ocupan los mismos que hacen el horóscopo. Pero por suerte para ellos, la perra nunca le erra cuando la ventisca viene.
III)
Nos cubrimos de protocolos que son únicamente papeles, los demás usan balas y excusas para vulnerar cualquiera de los derechos allí contenidos. Siempre hay una salida para los réprobos, una justa causa que invocar cuando se trata de aplicarle un trato salvaje a tu ocasional vecino.
Seguro debe haber hecho algo, será un peligro para la paz mundial aunque a una parte del mundo no le interese ir a la guerra y a la otra sólo ver qué videojuego comprar esta temporada.
En cualquiera de los dos casos se genera una conciencia de que estamos en peligro no sea cosa de que alguno se dé cuenta de que este es el mismo mensaje gastado pero con un envase diferente. Y cuantos más bots trolleros lo repliquen, mucho mejor.
IV)
Volvimos por la misma ruta con el sol de frente, tras la lluvia del sábado nos refugiamos en nuestro hogar. No existe nada como ese pequeño rincón al que escaparnos aunque parezca que es sólo la rutina que nos lleva de vuelta a casa, pero en realidad tiene algo de mágico y es en el hecho de que estamos ahí juntándonos cada atardecer para reponernos del viento que sopla afuera.
Así que funciona como un faro que nos atrae, el mantenimiento del mismo corre por nuestra cuenta.
V)
Cae la noche sobre el pago, la loba descansa en su cubil bajo una luz artificial y escucha atenta a los sonidos de una casa silenciosa. El oso que Julio olvidó en su periplo se traslada por entre las paredes y en las noches frías llega hasta la canaleta, pegándole al rocío que se acumula en el metal para ver como raudo se desliza hacia el piso.
Entonces olvidando su origen le aúlla a la luna, mientras abajo el huargo se pregunta hasta cuándo durará esta locura.
jueves
Cuchara
Y sí, tengo una voz aunque ahora no lo parezca
mientras sorbo los restos de las esperanzas
con el instrumento menos pensado.
Por ahí escucho una risita de cierta Maga con
la que hacemos catarsis, en este océano de letras
nos hemos puesto a hacer un sopa.
Huyendo del bestiario en el que las palabras
son convertidas en mutaciones que derivan
en neologismos y en el que bizarro pasa
de valiente (gallardo) a raro.
Pues en eso nos hemos transformado,
en unos extraños que tratan de evitar el derrumbe
aunque vivamos entre las ruinas
y nuestra única arma sea esta cuchara.
mientras sorbo los restos de las esperanzas
con el instrumento menos pensado.
Por ahí escucho una risita de cierta Maga con
la que hacemos catarsis, en este océano de letras
nos hemos puesto a hacer un sopa.
Huyendo del bestiario en el que las palabras
son convertidas en mutaciones que derivan
en neologismos y en el que bizarro pasa
de valiente (gallardo) a raro.
Pues en eso nos hemos transformado,
en unos extraños que tratan de evitar el derrumbe
aunque vivamos entre las ruinas
y nuestra única arma sea esta cuchara.
Supernova
Me cubrí de excusas y me volví uno más en este viaje
a través de los mares literarios me perdí,
buscando el universo de Crugg
me encontré con un magiar
que trataba de sobrevivir en un mundo
lleno de incomprensiones
y principios que se echaban a la basura.
Encontré la desazón en un viaje a Bariloche,
tal vez por no comprender las diferencias
generacionales usé una metáfora
para que Melany se indignara
y falté al último adiós de personas
a las que no puedo reemplazar.
Ahora lo único que queda son sus nombres
en los muros de un lugar al que quiero,
pero que no será lo mismo sin uno de ellos
porque incluso el krakén se ha vuelto
parte de la leyenda, al huir con el príncipe
hacia los reinos de Mariel.
Es eso y un par de enredos
que quedan tras la última apuesta
a alguien que sigue a un técnico Bizarro
y las aulas vacías por aquellos
que parten hacia Demacia.
a través de los mares literarios me perdí,
buscando el universo de Crugg
me encontré con un magiar
que trataba de sobrevivir en un mundo
lleno de incomprensiones
y principios que se echaban a la basura.
Encontré la desazón en un viaje a Bariloche,
tal vez por no comprender las diferencias
generacionales usé una metáfora
para que Melany se indignara
y falté al último adiós de personas
a las que no puedo reemplazar.
Ahora lo único que queda son sus nombres
en los muros de un lugar al que quiero,
pero que no será lo mismo sin uno de ellos
porque incluso el krakén se ha vuelto
parte de la leyenda, al huir con el príncipe
hacia los reinos de Mariel.
Es eso y un par de enredos
que quedan tras la última apuesta
a alguien que sigue a un técnico Bizarro
y las aulas vacías por aquellos
que parten hacia Demacia.
Al 6° que se fue.
Delirio marino
Y sí mi buen Kraspo, uno no puede andar por ahí saltando entre las olas porque su fortuna ha cambiado. Aunque es entendible la necesidad acuciante que nos invade cuando el calendario anda cerca del final del mes.
Pero incluso con eso uno no se puede poner a cantar como si nada importara, dado que nunca sabemos quién puede estar mirando y volviéndonos una instantánea que nosotros ignoramos.
La única certeza de ser víctima de un ojo eléctrico es cruzarnos con un rostro conocido en la escalera, que no duda en soltar una risita a nuestro paso.
Nefelibata
Ausentes y ocupados
todo transcurre en una pecera
especie de vidriera en la que mostramos
una eterna felicidad, nada de grises
todo a color, no hay fracasos sino
eternas victorias ignorando el resto.
Selección arbitraria de momentos,
gustos compartidos para que nos
vendan como portada de una red social
en la que todos somos amigos.
Anonimato digital desprovisto del dolor,
retoques a recuerdos que olvidamos
detrás de otra instantánea y un me gusta
infinito, colados en la realidad del otro
en tanto no vivimos la propia.
¡Qué vida! La auténtica vida está ausente. No estamos en el mundo.
Quelle vie! La vrai vie est absente. Nous ne sommes pas au monde.
Jean Nicolas Arthur Rimbaud
todo transcurre en una pecera
especie de vidriera en la que mostramos
una eterna felicidad, nada de grises
todo a color, no hay fracasos sino
eternas victorias ignorando el resto.
Selección arbitraria de momentos,
gustos compartidos para que nos
vendan como portada de una red social
en la que todos somos amigos.
Anonimato digital desprovisto del dolor,
retoques a recuerdos que olvidamos
detrás de otra instantánea y un me gusta
infinito, colados en la realidad del otro
en tanto no vivimos la propia.
¡Qué vida! La auténtica vida está ausente. No estamos en el mundo.
Quelle vie! La vrai vie est absente. Nous ne sommes pas au monde.
Jean Nicolas Arthur Rimbaud
Qué
Qué es esto sino un rejunte de historias que se unen un primero de
abril
y se separan cada mañana cuando te vas rauda por esa serpiente azul
que es la interbalnearia, pese a que nos volveremos a ver cuando caiga
el sol.
Qué son los últimos ocho años sino un par de minutos llenos de alegrías
compartidas y silencios profundos que siguen a mi pérdida de paciencia,
una especie de trueno en medio de un día de treinta y tantos grados.
Qué fue de eso llamado soledad que a veces trata de volver cuando no
estás
para que la perra le muerda las faldas y tenga que largarse a otra
parte,
en tanto espero que las calles que nos separan momentáneamente nos
reencuentren.
Qué hermoso ha sido descubrir que nos amamos pese a que muchas veces
no coincidimos en nada y la paz que te rodea contrasta con el peor de
los días
cuando el domingo termina sin goles o algo que estaba entero termina
rompiéndose.
Te amo y en esas dos palabras se resume todo.
viernes
Balneario Reta
Reta, Balneario
Reta, Océano o Balneario Océano se encuentra ubicado en el sur del Municipio de
Tres Arroyos, Provincia de Buenos Aires. Es una pequeña población costera que
mantiene aún la vieja cadena de médanos, una cosa bastante rara en la región
dado que la mayoría de las playas han sufrido las acciones del ser humano que
se traducen en quita de arena para poder construir.
Ello genera que el
mar no tenga contención alguna a la hora de avanzar, socavando los cimientos de
las construcciones aledañas a la línea de marea o bien dejando poco o nada de
playa en las horas de pleamar.
Tal vez las únicas
excepciones a este cuadro las constituyen las playas de Necochea, Valeria del
Mar y el sur de Villa Gesell, en las que existen lugares en los que todavía parte
de las dunas existen. Aunque paulatinamente el avance urbano les va ganando
lugar.
Reta posee una
población estable entre 750 y 1000 habitantes, las principales actividades se
relacionan con el turismo, construcción, pesca artesanal, mantenimiento de redes
eléctricas o empleo público.
Sus calles son de
tosca, el asfalto llega hasta la entrada de la localidad desde el año 2012, el
centro de salud primaria abrió en el año 2013, la secundaria en el 2010.
Pequeñas mejoras para un lugar que crece pero que incluso hoy mantiene mucho de
su pasado intacto.
La conservación de
las playas y médanos siempre ha sido una obligación de quienes viven allí y los
que vamos cada tanto.
martes
Justicia
Una justa composición de intereses,
nada más que eso aparte del montaje
escénico y el teatro de títeres que se
prestan para eso llamado justicia.
El símbolo de libra mancillado,
una vieja armadura que ya no brilla
letra muerta de una sociedad
que busca siempre una excusa.
La norma es algo vacío
sin memoria y sin el equilibrio
que da la balanza,
inclinándose en favor del que tiene dinero
mientras las víctimas esperan
que le devuelvan aquello
que nunca volverá.
nada más que eso aparte del montaje
escénico y el teatro de títeres que se
prestan para eso llamado justicia.
El símbolo de libra mancillado,
una vieja armadura que ya no brilla
letra muerta de una sociedad
que busca siempre una excusa.
La norma es algo vacío
sin memoria y sin el equilibrio
que da la balanza,
inclinándose en favor del que tiene dinero
mientras las víctimas esperan
que le devuelvan aquello
que nunca volverá.
Proveer de conformidad,
no será justicia.
Pensé
Pensé que era libre pero vivo atado por obligaciones tributarias y electorales, derecho de paso por circular en rutas llamadas libertad, tiempo invertido en conseguir un mango para cubrir agujeros que son grandes.
Sobreviviendo por el crédito, una forma de hipotecar sueños y convencernos de que tenemos algo cuando en realidad es extender la condena a esto de subsistir, empeñando horas en volver a intentar tapar la entrada de agua.
Siempre habrá algo que pagar mientras estemos aquí y otro tanto cuando nos hayamos ido, hasta los que no están deben tributar. Es eso o un osario.
miércoles
Arcadia
Arcadia es una civilización llena de buenos momentos y frustraciones para los que buscamos poner nuestro ego al tope del ranking. Ahí gastamos diez pesos que valían como mil de ahora y pusimos a cuatro tortugas con nombres de pintores a combatir villanos. Hicimos equipo con mi hermano y mi primo para contener una tormenta alienígena, pero nos quedamos sin llegar al final de Double Dragon. Ahí viven los clásicos de SNK peleando contra luchadores callejeros para definir quién es el Rey de los Luchadores. En ella el cancerbero te deja expuesto a menos que tu capacidad goleadora sea demoledora y tu defensa raspe al rival. Ahí Arturo llega a levantar la espada en la piedra, los jinetes cabalgan al atardecer y Pesina encarna a Cage, Sub Zero, Scorpion y Reptile. Ahí la bruja vuela sobre un puente para llevarte a pelear al foso si logras una victoria perfecta. Un valiente guerrero corre sobre una patineta sorteando obstáculo y rescatando a su amada, Mario y Luigi derriban tortugas. Ahí me quedo en la siguiente vida esperando un crédito de un desconocido para jugar una partida más. Ahí soy feliz, jugador y funciona como válvula de escape a mis miserias. Ahí la señora Pac Man huye de sus fantasmas, metáfora de eso de querer escapar a la rutina.
Kraspo
Arrastra los pies cuando llega al primer piso, se sienta
atrás dejándole el papel principal a otros pero no duda en salir a escena
cuando el naufragio es evidente. Y a veces no basta con capear la tormenta allá
arriba en el palo principal, a veces hace falta algo más y ella lo sabe.
Por
eso tal vez por lo bajo refunfuña porque por más que existan cosas que superan
lo que pueda hacer en el aula, le sigue doliendo ver como se pierden
oportunidades. Pero la batalla siempre vale la pena así que esperando la vuelta
de Odiseo ella deshace y revisa lo hecho, conformarse implica fracasar por lo
que no duda en borrarlo todo para empezar de cero.
Aunque lo único que motiva
esto es saber que existen pequeños oasis en los que refugiarse de la tormenta,
igual a esos rayos de sol que surgen por detrás de un telón tormentoso. Alguien
en quien depositar el futuro, una utopía en medio de esta generación de
instantáneas y touch screen.
Vale la pena entonces.
Malos hábitos
Las cosas que deje para otro momento nunca las terminaré, la
ira de una tarde calurosa tira por la borda todo lo que predico con tanto
énfasis y lastima al que me pone el hombro en los días difíciles.
Tanto aguante tiene que terminar en algún punto dando paso a
la soledad y al olvido, la misma que nos rodea cada mañana que el can comparte
conmigo cuando nos quedamos sin vos.
sábado
Paisaje
El viento agita las sombras que la luna refleja sobre la pared,
me vuelve parte del paisaje cuando me dirijo al refugio detrás de la casa
una noche de verano que se parece más al otoño.
Me he vuelto parte del paisaje con el correr del tiempo
sintiendo eso que es crecer para volverme un adulto,
enterrando la inocencia de un niño al que no conozco.
El viento silba y el humo de la pipa baila entre sus brazos,
silba como siempre lo ha hecho dándole un aviso a este mundo
de que el aún sigue aquí pese a que lo ignoran.
Aún seguimos aquí pese a esos intentos de contarnos
que sólo somos mercancía electoral
a la que desangrar en forma bienal.
Aunque preferimos esto a la aguja impositiva
que nos clavan mensualmente
para mantener a los gusanos con vida.
Lo curioso es que estos se alimentarán
de los despojos de todos aquellos que se consideran
demasiados poderosos, pero que a la larga forman parte
de las sombra del tiempo.
Lo nuestro es más poético mi querido viento.
me vuelve parte del paisaje cuando me dirijo al refugio detrás de la casa
una noche de verano que se parece más al otoño.
Me he vuelto parte del paisaje con el correr del tiempo
sintiendo eso que es crecer para volverme un adulto,
enterrando la inocencia de un niño al que no conozco.
El viento silba y el humo de la pipa baila entre sus brazos,
silba como siempre lo ha hecho dándole un aviso a este mundo
de que el aún sigue aquí pese a que lo ignoran.
Aún seguimos aquí pese a esos intentos de contarnos
que sólo somos mercancía electoral
a la que desangrar en forma bienal.
Aunque preferimos esto a la aguja impositiva
que nos clavan mensualmente
para mantener a los gusanos con vida.
Lo curioso es que estos se alimentarán
de los despojos de todos aquellos que se consideran
demasiados poderosos, pero que a la larga forman parte
de las sombra del tiempo.
Lo nuestro es más poético mi querido viento.
Pierluigi
La casa está en silencio, la familia se ha ido a pescar al Médano Blanco y aprovecha la ocasión para encender su pipa una vez más. De pronto el altillo empieza a desvanecerse igual que el humo que se escurría por uno de los ventiluces.
El paisaje a su alrededor cambió por completo, se sentó sobre una nube viendo a una tormenta alejarse hacia el oeste como un río debajo de sus pies. Escuchó los ladridos de un can que corría a su encuentro cual Peritas al ver a Alejandro pisando los Campos Elíseos y el llanto de un pequeño que llegaba un diez de septiembre.
Así que dejó la pipa atrás mientras se dirigía al encuentro de su viejo amigo en un paisaje semejante al de la Italia de su infancia, incluso el bardo estaba ahí esperándolo para mostrarle su última obra cumbre.
Y ahora aquí en el páramo he de encender la vieja flama, viendo al humo irse hacia lo alto.
Diez segundos bastan
Volvíamos de General Lavalle a Santa Teresita, la serpiente azul zigzagueaba buscando la sal del mar y lucía realmente desierta. La Ruta 11 era en ese momento la némesis de su versión estival, desierta pero con la compañía del sol. Al viento lo habían visto dirigirse hacia Pavón hacía ya un rato, dicen los curiosos que se escapó hasta Mar del Plata cambiando una costa por otra.
Encendí la radio, el programa "Tirando paredes" recién comenzaba, pero en lugar de hablar de los partidos de esa tarde a Román se le ocurrió leer un cuento. ¿Un cuento? Usted que tiene nombre de romántico y apilador de oponentes en Palestra Italia ¿cómo se le ocurre empezar con eso? Seguro que si esto venía luego de las noticias del siguiente encuentro de Boca no le hubiera dado ni cinco de pelota.
Pero bueno, me quedé enganchado a esa parte de programa igual que un pedazo de nilón que viajaba colgado de la antena del auto. El personaje central de la historia pasaba desapercibido, vivía a través de las vidas de los otros personajes pero al final de cuentas los reunía a todos.
Desde el Negro Enrique que le daba un pase para su pierna menos hábil hasta el golero británico llamado Pedro quien quedaría ridiculizado por toda la eternidad. Una rara forma de contar una historia dejando de lado al actor principal para centrarse en los demás personajes.
Casi al final del relato en la parte en la que describe cómo dos personas llevan un bidón con kerosén por una calle embarrada, no contuve más el llanto y vino la catarata. Mi señora no entendía nada, pensó que alguno se había ido de este mundo.
No logré explicarle con palabras lo que las lágrimas justificaban, es que recién ahora encuentro las frases para poder decir todo esto. El Diego pasa como el viento entre oponentes y compañeros, dejando congelado el Estadio Azteca, la imagen es una poesía sin letras, la optimización del uso del tiempo para hacer de diez segundos una obra homérica.
Pero el sólo aparece al final igual que el llanto. Tal vez ahora sí pueda explicar "quién es, quién ha sido y quién será hasta el fin de los tiempos".
Nota: 10,6 segundos es una obra de Hernán Casciari, el enlace lleva a su blog.
Arcadia II
Yo era el nueve del equipo pero jugaba en posición de extremo izquierdo, pese a ser diestro. El que llevaba la diez era el centro delantero y el once nuestro wing derecho. Eramos un equipo que se fue puliendo con los años que parecían no querer pasar, excepto para los de afuera.
El primer juego era contra la escuadra nipona, los organizadores del torneo y eso se notaba bastante. Aunque es fácil hablar con el resultado puesto, enseguida el diez había recibido un pase del número seis y con una soberbia media chilena la mandó a guardar.
Sin embargo tratamos de anotar el tercer gol antes del segundo, parecía que estábamos cerca pero no lográbamos acertar el tiro de gracia. Hasta que el once mandó un centro y me tocó anotar con el arco a mí merced.
Una cosa que siempre noté en todos estos años como jugador de la Celeste es la forma en la que los arqueros cometían varios errores, sin importar el equipo en el que jugaran, como quedarse en el primer palo cuando venía un centro desde el borde de la línea de córner o dar un salto al mejor estilo bloqueo de voley en el momento en el que un delantero ejecutaba una media chilena o una tijera.
Pero bueno, de los goles vivimos así que no importa la forma en la que lleguemos a ello.
No tuvimos demasiada oposición, los del norte eran buenos en otros deportes, la escuadra orange prometía más de lo que cumplía, nuestros eternos rivales (los cariocas) estaban pasando una etapa de transición e incluso los sajones no fueron rivales de fuste.
En las semifinales nos aguardaban los tanos, siempre difíciles y en esta ocasión ultra ofensivos. A nuestro técnico se le quemaron los papeles, esperaba a un equipo más retrasado en el campo y no un oponente tan agresivo.
El medio campo tuvo mucho trabajo, el seis y el siete pelearon mano a mano contra jugadores que tenían aprendido el manual del mediocampista rasposo escrito por Gennaro.
Pero así y todo salimos victoriosos, el diez recibió un pase del once tras una asistencia del seis que por única vez pudo pasar al ataque y con una soberbia media tijera la mandó a la ratonera. El arquero tano quedó pagando.
Llegamos a la final contra los germanos, el partido más complicado por el roce físico y las protestas al árbitro que siempre estaba lejos de la jugada. Por alguna cuestión azarosa nos tocaba el mismo tipo siempre, vivía lejos de la jugada y generalmente en el piso al ser arrollado por un jugador o por el balón.
El juez era miembro de una asociación internacional llamada G.O.D., quienes organizaban partidos contra los campeones de los torneos. Un nombre demasiado pretencioso para lo que este tipo podía dar a la hora de impartir justicia.
La final fue muy disputada, logramos acertar el gol de entrada pero el medio sufría los embates de los teutones y la zona era una autopista.
La defensa quedó expuesta por primera vez, los esfuerzos de nuestro líbero y capitán no fueron suficientes, el cancerbero recibió en una jugada su primer gol.
Esto nos desmoralizó un poco, estábamos 1 a 1 y cometimos el error de no frenar la pelota para pensar las jugadas. Fue un frenesí que nos invadió optando por devolver golpe por golpe, hacha y más hacha, el director técnico gritaba desaforado, no le prestamos atención hasta que los tres pitazos sonaron ominosos.
Los de verde miraban al juez, este a nosotros, mis compañeros y yo a nuestro capitán, al final el árbitro sacudió la cabeza. No había más tiempo, ni penales, ni créditos.
El jugador había dejado el arcade y volvía a la escuela, esperaríamos durante años hasta que volviera con un crédito y un pequeño igual a él para así dar la vuelta olímpica.
Ese día le ganamos a Germania 6 a 0. Ni la vieron.
Nota: este es mi homenaje a todos los juegos de fútbol de arcade (máquina a fichas) que he terminado. Y la regla para ello es usar sólo un crédito, no vale continuar. Eso es ser un jugador hardcore.
Un poco la historia está influenciada por "Memorias de un wing derecho" del Negro Fontanarrosa, el cual he leído el año anterior en una recopilación llamada "Los mejores cuentos de fútbol". La selección de cuentos estuvo a cargo de Eduardo Sacheri.
En ese cuento basó la película "Metegol" Juan José Campanella.
No tuvimos demasiada oposición, los del norte eran buenos en otros deportes, la escuadra orange prometía más de lo que cumplía, nuestros eternos rivales (los cariocas) estaban pasando una etapa de transición e incluso los sajones no fueron rivales de fuste.
En las semifinales nos aguardaban los tanos, siempre difíciles y en esta ocasión ultra ofensivos. A nuestro técnico se le quemaron los papeles, esperaba a un equipo más retrasado en el campo y no un oponente tan agresivo.
El medio campo tuvo mucho trabajo, el seis y el siete pelearon mano a mano contra jugadores que tenían aprendido el manual del mediocampista rasposo escrito por Gennaro.
Pero así y todo salimos victoriosos, el diez recibió un pase del once tras una asistencia del seis que por única vez pudo pasar al ataque y con una soberbia media tijera la mandó a la ratonera. El arquero tano quedó pagando.
Llegamos a la final contra los germanos, el partido más complicado por el roce físico y las protestas al árbitro que siempre estaba lejos de la jugada. Por alguna cuestión azarosa nos tocaba el mismo tipo siempre, vivía lejos de la jugada y generalmente en el piso al ser arrollado por un jugador o por el balón.
El juez era miembro de una asociación internacional llamada G.O.D., quienes organizaban partidos contra los campeones de los torneos. Un nombre demasiado pretencioso para lo que este tipo podía dar a la hora de impartir justicia.
La final fue muy disputada, logramos acertar el gol de entrada pero el medio sufría los embates de los teutones y la zona era una autopista.
La defensa quedó expuesta por primera vez, los esfuerzos de nuestro líbero y capitán no fueron suficientes, el cancerbero recibió en una jugada su primer gol.
Esto nos desmoralizó un poco, estábamos 1 a 1 y cometimos el error de no frenar la pelota para pensar las jugadas. Fue un frenesí que nos invadió optando por devolver golpe por golpe, hacha y más hacha, el director técnico gritaba desaforado, no le prestamos atención hasta que los tres pitazos sonaron ominosos.
Los de verde miraban al juez, este a nosotros, mis compañeros y yo a nuestro capitán, al final el árbitro sacudió la cabeza. No había más tiempo, ni penales, ni créditos.
El jugador había dejado el arcade y volvía a la escuela, esperaríamos durante años hasta que volviera con un crédito y un pequeño igual a él para así dar la vuelta olímpica.
Ese día le ganamos a Germania 6 a 0. Ni la vieron.
Nota: este es mi homenaje a todos los juegos de fútbol de arcade (máquina a fichas) que he terminado. Y la regla para ello es usar sólo un crédito, no vale continuar. Eso es ser un jugador hardcore.
Un poco la historia está influenciada por "Memorias de un wing derecho" del Negro Fontanarrosa, el cual he leído el año anterior en una recopilación llamada "Los mejores cuentos de fútbol". La selección de cuentos estuvo a cargo de Eduardo Sacheri.
En ese cuento basó la película "Metegol" Juan José Campanella.
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