miércoles

Arcadia

Arcadia es una civilización llena de buenos momentos y frustraciones para los que buscamos poner nuestro ego al tope del ranking. Ahí gastamos diez pesos que valían como mil de ahora y pusimos a cuatro tortugas con nombres de pintores a combatir villanos. Hicimos equipo con mi hermano y mi primo para contener una tormenta alienígena, pero nos quedamos sin llegar al final de Double Dragon. Ahí viven los clásicos de SNK peleando contra luchadores callejeros para definir quién es el Rey de los Luchadores. En ella el cancerbero te deja expuesto a menos que tu capacidad goleadora sea demoledora y tu defensa raspe al rival. Ahí Arturo llega a levantar la espada en la piedra, los jinetes cabalgan al atardecer y Pesina encarna a Cage, Sub Zero, Scorpion y Reptile. Ahí la bruja vuela sobre un puente para llevarte a pelear al foso si logras una victoria perfecta. Un valiente guerrero corre sobre una patineta sorteando obstáculo y rescatando a su amada, Mario y Luigi derriban tortugas. Ahí me quedo en la siguiente vida esperando un crédito de un desconocido para jugar una partida más. Ahí soy feliz, jugador y funciona como válvula de escape a mis miserias. Ahí la señora Pac Man huye de sus fantasmas, metáfora de eso de querer escapar a la rutina.

Kraspo

Arrastra los pies cuando llega al primer piso, se sienta atrás dejándole el papel principal a otros pero no duda en salir a escena cuando el naufragio es evidente. Y a veces no basta con capear la tormenta allá arriba en el palo principal, a veces hace falta algo más y ella lo sabe. 
Por eso tal vez por lo bajo refunfuña porque por más que existan cosas que superan lo que pueda hacer en el aula, le sigue doliendo ver como se pierden oportunidades. Pero la batalla siempre vale la pena así que esperando la vuelta de Odiseo ella deshace y revisa lo hecho, conformarse implica fracasar por lo que no duda en borrarlo todo para empezar de cero. 
Aunque lo único que motiva esto es saber que existen pequeños oasis en los que refugiarse de la tormenta, igual a esos rayos de sol que surgen por detrás de un telón tormentoso. Alguien en quien depositar el futuro, una utopía en medio de esta generación de instantáneas y touch screen. 
Vale la pena entonces.

Malos hábitos

Las cosas que deje para otro momento nunca las terminaré, la ira de una tarde calurosa tira por la borda todo lo que predico con tanto énfasis y lastima al que me pone el hombro en los días difíciles. 

Tanto aguante tiene que terminar en algún punto dando paso a la soledad y al olvido, la misma que nos rodea cada mañana que el can comparte conmigo cuando nos quedamos sin vos.

sábado

Paisaje

El viento agita las sombras que la luna refleja sobre la pared,
me vuelve parte del paisaje cuando me dirijo al refugio detrás de la casa 
una noche de verano que se parece más al otoño.

Me he vuelto parte del paisaje con el correr del tiempo
sintiendo eso que es crecer para volverme un adulto,
enterrando la inocencia de un niño al que no conozco.

El viento silba y el humo de la pipa baila entre sus brazos,
silba como siempre lo ha hecho dándole un aviso a este mundo
de que el aún sigue aquí pese a que lo ignoran.

Aún seguimos aquí pese a esos intentos de contarnos
que sólo somos mercancía electoral 
a la que desangrar en forma bienal.

Aunque preferimos esto a la aguja impositiva
que nos clavan mensualmente 
para mantener a los gusanos con vida.

Lo curioso es que estos se alimentarán
de los despojos de todos aquellos que se consideran
demasiados poderosos, pero que a la larga forman parte 
de las sombra del tiempo.

Lo nuestro es más poético mi querido viento. 

Pierluigi

La casa está en silencio, la familia se ha ido a pescar al Médano Blanco y aprovecha la ocasión para encender su pipa una vez más. De pronto el altillo empieza a desvanecerse igual que el humo que se escurría por uno de los ventiluces. 

El paisaje a su alrededor cambió por completo, se sentó sobre una nube viendo a una tormenta alejarse hacia el oeste como un río debajo de sus pies. Escuchó los ladridos de un can que corría a su encuentro cual Peritas al ver a Alejandro pisando los Campos Elíseos y el llanto de un pequeño que llegaba un diez de septiembre.

Así que dejó la pipa atrás mientras se dirigía al encuentro de su viejo amigo en un paisaje  semejante al de la Italia de su infancia, incluso el bardo estaba ahí esperándolo para mostrarle su última obra cumbre.

Y ahora aquí en el páramo he de encender la vieja flama, viendo al humo irse hacia lo alto.

Diez segundos bastan

Volvíamos de General Lavalle a Santa Teresita, la serpiente azul zigzagueaba buscando la sal del mar y lucía realmente desierta. La Ruta 11 era en ese momento la némesis de su versión estival, desierta pero con la compañía del sol. Al viento lo habían visto dirigirse hacia Pavón hacía ya un rato, dicen los curiosos que se escapó hasta Mar del Plata cambiando una costa por otra.

Encendí la radio, el programa "Tirando paredes" recién comenzaba, pero en lugar de hablar de los partidos de esa tarde a Román se le ocurrió leer un cuento. ¿Un cuento? Usted que tiene nombre de romántico y apilador de oponentes en Palestra Italia ¿cómo se le ocurre empezar con eso? Seguro que si esto venía luego de las noticias del siguiente encuentro de Boca no le hubiera dado ni cinco de pelota.

Pero bueno, me quedé enganchado a esa parte de programa igual que un pedazo de nilón que viajaba colgado de la antena del auto. El personaje central de la historia pasaba desapercibido, vivía a través de las vidas de los otros personajes pero al final de cuentas los reunía a todos.

Desde el Negro Enrique que le daba un pase para su pierna menos hábil hasta el golero británico llamado Pedro quien quedaría ridiculizado por toda la eternidad. Una rara forma de contar una historia dejando de lado al actor principal para centrarse en los demás personajes.

Casi al final del relato en la parte en la que describe cómo dos personas llevan un bidón con kerosén por una calle embarrada, no contuve más el llanto y vino la catarata. Mi señora no entendía nada, pensó que alguno se había ido de este mundo.

No logré explicarle con palabras lo que las lágrimas justificaban, es que recién ahora encuentro las frases para poder decir todo esto. El Diego pasa como el viento entre oponentes y compañeros, dejando congelado el Estadio Azteca, la imagen es una poesía sin letras, la optimización del uso del tiempo para hacer de diez segundos una obra homérica.

Pero el sólo aparece al final igual que el llanto. Tal vez ahora sí pueda explicar "quién es, quién ha sido y quién será hasta el fin de los tiempos".  

Nota: 10,6 segundos es una obra de Hernán Casciari, el enlace lleva a su blog. 

Arcadia II

Yo era el nueve del equipo pero jugaba en posición de extremo izquierdo, pese a ser diestro. El que llevaba la diez era el centro delantero y el once nuestro wing derecho. Eramos un equipo que se fue puliendo con los años que parecían no querer pasar, excepto para los de afuera.

El primer juego era contra la escuadra nipona, los organizadores del torneo y eso se notaba bastante. Aunque es fácil hablar con el resultado puesto, enseguida el diez había recibido un pase del número seis y con una soberbia media chilena la mandó a guardar.

Sin embargo tratamos de anotar el tercer gol antes del segundo, parecía que estábamos cerca pero no lográbamos acertar el tiro de gracia. Hasta que el once mandó un centro y me tocó anotar con el arco a mí merced.

Una cosa que siempre noté en todos estos años como jugador de la Celeste es la forma en la que los arqueros cometían varios errores, sin importar el equipo en el que jugaran, como quedarse en el primer palo cuando venía un centro desde el borde de la línea de córner o dar un salto al mejor estilo bloqueo de voley en el momento en el que un delantero ejecutaba una media chilena o una tijera.

Pero bueno, de los goles vivimos así que no importa la forma en la que lleguemos a ello. 

No tuvimos demasiada oposición, los del norte eran buenos en otros deportes, la escuadra orange prometía más de lo que cumplía, nuestros eternos rivales (los cariocas) estaban pasando una etapa de transición e incluso los sajones no fueron rivales de fuste.

En las semifinales nos aguardaban los tanos, siempre difíciles y en esta ocasión ultra ofensivos. A nuestro técnico se le quemaron los papeles, esperaba a un equipo más retrasado en el campo y no un oponente tan agresivo.

El medio campo tuvo mucho trabajo, el seis y el siete pelearon mano a mano contra jugadores que tenían aprendido el manual del mediocampista rasposo escrito por Gennaro.

Pero así y todo salimos victoriosos, el diez recibió un pase del once tras una asistencia del seis que por única vez pudo pasar al ataque y con una soberbia media tijera la mandó a la ratonera. El arquero tano quedó pagando.

Llegamos a la final contra los germanos, el partido más complicado por el roce físico y las protestas al árbitro que siempre estaba lejos de la jugada. Por alguna cuestión azarosa nos tocaba el mismo tipo siempre, vivía lejos de la jugada y generalmente en el piso al ser arrollado por un jugador o por el balón.

El juez era miembro de una asociación internacional llamada G.O.D., quienes organizaban partidos contra los campeones de los torneos. Un nombre demasiado pretencioso para lo que este tipo podía dar a la hora de impartir justicia.

La final fue muy disputada, logramos acertar el gol de entrada pero el medio sufría los embates de los teutones y la zona era una autopista.
La defensa quedó expuesta por primera vez, los esfuerzos de nuestro líbero y capitán no fueron suficientes, el cancerbero recibió en una jugada su primer gol. 

Esto nos desmoralizó un poco, estábamos 1 a 1 y cometimos el error de no frenar la pelota para pensar las jugadas. Fue un frenesí que nos invadió optando por devolver golpe por golpe, hacha y más hacha, el director técnico gritaba desaforado, no le prestamos atención hasta que los tres pitazos sonaron ominosos.

Los de verde miraban al juez, este a nosotros, mis compañeros y yo a nuestro capitán, al final el árbitro sacudió la cabeza. No había más tiempo, ni penales, ni créditos.

El jugador había dejado el arcade y volvía a la escuela, esperaríamos durante años hasta que volviera con un crédito y un pequeño igual a él para así dar la vuelta olímpica.

Ese día le ganamos a Germania 6 a 0. Ni la vieron.

Nota: este es mi homenaje a todos los juegos de fútbol de arcade (máquina a fichas) que he terminado. Y la regla para ello es usar sólo un crédito, no vale continuar. Eso es ser un jugador hardcore.

Un poco la historia está influenciada por "Memorias de un wing derecho" del Negro Fontanarrosa, el cual he leído el año anterior en una recopilación llamada "Los mejores cuentos de fútbol". La selección de cuentos estuvo a cargo de Eduardo Sacheri. 

En ese cuento basó la película "Metegol" Juan José Campanella.

lunes

Sobre las sesiones de un naufragio

La idea surge tras una visita a mi hermano allá en Tigre, el paisaje, los muros, las mascotas (los dos huargos), la historia de la familia, etc., todo marca un punto de partida para poder crear esto.

Simplemente he tomado el celular y usado la función de grabar para poder generar una idea en forma espontánea, una especie de borrador virtual si se quiere. Recuerdo haber visto un programa en el canal Encuentro en el que se reproducía una grabación de Julio Cortázar.

Al menos la forma de instrumentar la idea proviene de ahí, posteriormente comencé con esto de ponerle los subtítulos que implican también una forma de pulir la idea original (de ahí las diferencias entre audios y textos).

Esto último también es una excusa para poder permitirles leer a quienes no oyen.



Las imágenes han sido tomadas por Patricia Candia.

domingo

Un vaquero en la lluvia

Ya escribía en esa época pero todo eso se ha perdido en los dominios de Prometeo, sin embargo de las cenizas surge la vida y así la inspiración vuelve.
Con este blog pasó lo mismo en numerosas ocasiones, lo único que una vez que nos ubicamos aquí ya no nos fuimos.
Cowboy Bebop, el anime dirigido por Shin'ichiro Watanabe, influyó en el nombre "camina en la lluvia", el resto es empirismo (experiencia pura) es decir el hecho de vivir y transitar esa vida.

  

Camazote

Sobre las ruinas de nuestras ciudades levantaron sus monumentos y desde ellos nos adoctrinaron para que sirvamos a otra esfinge, debiendo tributarles con metal dorado para que nos mantuvieran vivos en el yugo de nuestras miserias. 

Perdimos la memoria de lo que eramos reemplazándola por constantes sufrimientos, tan solo la calzada de piedra conservaba algo de los recuerdos de la época en la que le rendíamos culto a la Madre Tierra.

Pero una noche el nuevo gobernador fue degollado, sus hombres buscaron en vano hasta el amanecer. Allí se les reveló que un campesino había visto al posible perpetrador dirigirse hacia la casa de la víctima y luego huir de regreso a la selva.

Las huellas los llevaron hacia los restos de las afueras de la vieja ciudad, allí se alzaba el templo del Dios Murciélago. Ninguno de ellos volvió con vida, cada vez que algún invasor se acercaba demasiado a ese lugar corría la misma suerte.

Cada vez que la injusticia se tornaba imposible de soportar, aparecían los cuerpos mutilados de quienes eran un mal enquistado en esta tierra. O simplemente desaparecían en el fondo de un cenote. 

El Camazote se ocupaba de todos ellos.

Si Bruno Diáz fuera latino, sería el Camazote. 

martes

Un Boca contra River o viceversa

Empecé con la idea de una metáfora para definir un poco lo que es nuestra realidad cotidiana, en los dos clubes más emblemáticos de Argentina encontré lo que buscaba al ver un poco lo que ha sido la "batalla" histórica entre dos gigantes nacidos en un barrio como La Boca.

Un poco la rivalidad entre River y Boca refleja bastante lo que es la mediocridad instalada en nuestra sociedad: si a uno le va mal al otro le tiene que ir peor para poder conformarnos.

De ahí el vale todo instalado en el campo de juego, la protestas absurdas, la falta de visitantes, el trato al oponente como si fuera un enemigo al que hay que exterminar, los cantos xenófobos, la prensa que se hace eco de todo lo que ocurre y lo pinta como si fuera el fin del mundo, el énfasis desmedido en algo que sólo es un espectáculo deportivo pero que vale más que cualquier otro aspecto de nuestras vidas, los negocios para lavar plata, la vida de las estrellas en color amarillo, las muertes, los barras que son carne del mejor postor y forman sindicatos pero de laburar ni hablar, etc., etc., etc.

River Plate, del descenso a la vuelta a primera división y la conquista de América.
Homero no lo hubiera escrito mejor.


 

Argentina

Descubrí el secreto de nuestra existencia
algo que ha permanecido oculto desde
los tiempos de las colonias,
sepultado debajo de los rascacielos
de la ruidosa Buenos Aires.

Descubrí que no hay cura para esto
porque precisamente el problema
somos nosotros, los argentinos.

Una sociedad sin valores y sin moral
repleta de avivadas, de muertes inexplicables,
de genios que se suicidan mientras los bastardos
siguen con sus discursos demagógicos
y la otra epidemia incurable
que es cazar la manija para seguir juntando
fortunas a costa de un Pueblo ignorante y con hambre.

Descubrí que eso del federalismo se parece a una 
distopía dado que dentro de la General Paz
nadie quiere que realmente ocurra,
un Boca y River sin ganadores
ya que el otro tiene que perder para que yo
no me sienta tan fracasado.

Una elección entre dos males,
malo y muy malo
pero malo al fin
mientras educamos a nuestros descendientes
con excusas para poder zafar de casi todo
excepto de la mediocridad de quien se conforma
con ver la vida pasar en tanto no le metan
la mano en el bolsillo.

jueves

De O'Higgins a Océano

I)
Aviones que van y pasan por sobre nuestras cabezas, hormigas ajetreadas aquí abajo mendigando pedazos de confort y deambulando por la calle sin prestar atención al paisaje.
Pequeños momentos que registramos tarde cuando nos sumergimos en la rutina y anhelamos escaparnos a esos lugares lejanos como si el hogar no nos diera paz. Es que ese espacio en el que discurre nuestra existencia parece estar contaminado y lo tornamos una estación de paso.
Tan sólo eso, como si la felicidad fuera un paraíso lejano. Lo malo es que los actores de ambos escenarios somos los mismos, como una figura que se repite.

II)

Junté las colillas para armar un cigarrillo
y recorrí más de una alcantarilla
en ese peregrinaje urbano.
Sin nada que comer galgueando las mañanas
al calor de un océano de fuego y por las noches
haciendo sonar la vigüela
bajo la luz de mi única compañía, la luna.
Feo andar por este mundo tan lleno
de letras frías y derechos vacíos.
Feo recorrer el mismo camino que Gesú
en tanto las riquezas se concentran como siempre.
Nada ha cambiado pese a todos esos tratados.

III)

Deja ya esas tablas y pon tu mente aquí profeta. Necesitamos de tus brazos llevándonos a la costa a salvo de las plagas. Los discursos están bien para una fogata pero aquí los saurios vienen como juncos a la carga y si no tiras de la soga nada quedará.

Ven, deja ese pergamino sin terminar que para eso está la mañana cuando todos duermen y te pones a escribir esos versos que sólo tú entiendes.

Déjalo todo ahora, únete a este viaje llamado vivir.

IV)

Tantas veces te apropias de este lugar y otras tantas lo barro durante la noche quedándome con recuerdos que tú ya no atesoras, incluso con despojos de esa excursión como si yo mereciera ese trato.

He guardado secretos que la humanidad aún ignora y visto a civilizaciones enteras hundirse en el fondo pese a lo poderosas que eran.

Y ahora vos con tus toneladas de basura me amenazas como Edgardo encima de un bonsái, sabiendo que incluso después de ti seguiré aquí.

Así que más respeto que un día debes volver al océano y ahí morarás entre mis tesoros.

Precioso tesoro.

V)

Caras que no están,
rostros que se alejan
en la inmensidad.
El corazón se pone en modo nostalgia
la sombra de la adolescencia recorre
una calle vacía y entra en una casa
que ahora opera como mercado.
Mi nombre es el de un desconocido
preguntando entre las paredes de
la historia sobre la vida de alguien
a quien no veo hace décadas.
De cada uno de ellos tengo un pequeño
recuerdo por si al tiempo le gustara
jugar con los sentimientos y es con ello
que me voy de regreso al océano.

VI)

Océano, 04/01/2018

Va y vuelve, un mate amigo nos sigue como una sombra. Retumba el mar, el viento juega entre los médanos, todo está en calma.
El sol se ha extraviado entre las nubes, llovizna marcando la renovación del año nuevo.
La tierra se aquieta, las piedras se rebelan al bodrio urbanizado y muestran el pasado presente.
Hoy accedí a tu bitácora viejo, allá al comienzo del Pueblo que sigue en estas letras saladas.
Allá pero cerca.

VII)

Crugg es una isla en medio de un océano de ignorancia e hipocresías que arrastra todo como un maelstrom.
Un manojo de esperanzas viendo al futuro con los ojos cansados, una flor recubierta de espinas pero sin dejar de lado el hecho de la belleza del amanecer.
Una tormenta que se desata tras el intenso calor, un faro para los que navegamos buscando tierras seguras.
Un antes y un después en medio de la batalla que entablamos contra la ignorancia de este mundo de instantáneas en la que todo es presente y se ignora el pasado.
La genialidad encarnada a la que cederle la armadura de libra.

VIII)

Trepé la pared derruida y el can del otro lado ladró, pero el Negro me reconoció enseguida lamiéndome la mano como señal de bienvenida.
Él es quien cuida las horas vacías por las ausencias de los que nos alejamos del Pueblo, sus canas denotan los granos de arena que se escurren despacio.
Su sombra vigila la hora de la siesta, aullándole a la luna como una señal desesperada y transmitiendo un mensaje que equivale a una pena entre las estrellas que observo desde el pago lejano.






viernes

Ditirambo

I). FUEGO

Es así como hemos hablado largo y tendido al calor del sol del verano que imbuimos en las brasas de las noches estrelladas, bajo un cielo en el que moran los pájaros de metal en viajes incesantes igual que los nuestros. Corazón lleno de las cenizas de los recuerdos, forja eterna de sueños, alegrías y tristezas. Rocío nocturno que se escapa tras los pasos del sol y se hace desear hasta la siguiente noche que compartimos mientras Atahualpa recita sus viejos versos. Sangre de esta tierra mezcla de juglares y de la raza pampa, memoriosa y embriagante como los besos que nos ha dado además de alguna cachetada para que no olvidemos por qué estamos aquí. Canción que se hace poesía en ese bajo estruendoso como los golpes del martillo reviviendo al metal que brilla nuevo bajo la luz de Apolo.

 

II). DITIRAMBO 

¿Qué dice Don Dionisio? Veo que nos ha vuelto a invitar a sus majestuosas e imponentes cenas una vez más este diciembre caluroso. Que el calor que hace afuera no es excusa para no alzar una copa y brindar por cuanta cosa se nos ocurra. Ese es el sentimiento ahora, nos has dado la razón perfecta y nosotros no nos hacemos desear. Roja y Rubia, las dos fuentes nos llenan el alma trayendo sentimientos escondidos. El hermoso festín parece no tener fin mientras tú te escondes en cada gota que bebemos.

El viejo acero se pule con el fuego, fuego y canciones elevándose en la noche al final de un año que se pasó demasiado lento. Algunos sólo esperamos éste momento para poder disfrutar de los suculentos manjares que nos preparaste, otros simplemente queremos alejarnos de ese salón siempre concurrido llamado rutina. Escapar hacia una de tus fuentes de sal o permanecer a la sombra de un árbol en tanto los demás corren a buscar algún obsequio, pocos nos contentamos con deleitarnos con lo bello de tus salones en donde más de uno encuentra ciertos placeres al sumirse en una atmosfera de cerveza, vino, comida y tabaco. Los excesos del final de un calendario en el que le rendimos tributo a varias comilonas en la que tú mi buen Baco te sientas en la cabecera y brindas por cada uno de nosotros. Siempre nos has dado lo mejor que tienes aunque eso traiga consecuencias en forma de resacas y más de una mañana triste, esperando la noche siguiente en la que llegues a invitarnos otra vez.

 

miércoles

Marco

Deja que la hierba crezca y las hormigas deambulen atareadas, que el sol siga discurriendo por los cielos en busca del oasis lunar, a los grillos cantar junto a las ranas en las noches de calor esperando que la lluvia venga a renovar esta tierra en la que viví.

Deja que las cosas transcurran mientras fraguas una nueva pieza Hefesto, en ese pequeño taller tuyo que has ido llenando de maravillas aceradas quitándote cada tanto el calor de la forja en el pequeño mediterráneo 
que encontraron en ese viaje que por momentos compartimos.

Yunque y martillo, una bocanada al aire, chispas que brotan de la unión de los metales, barba roja que se parece a las piezas ardiendo
en tanto los dos huargos te esperan no lejos de aquí para venir a recibirte cuando cruces esos muros en los que Mónica hace catarsis con sus haikus. 

Polifemo, el sereno y un 38 cargado

 

I

 

Es una noche demasiado tranquila, tanto que ni el viento ha salido a compartir su música con el mundo de los durmientes. A eso de las dos de la mañana mientras César, sereno del matadero Meet Loaf, hace su ronda habitual y procura no ceder al sueño que envuelve a los demás mortales escucha los cristales hacerse añicos. Lo que sigue luego mientras él permanece estupefacto es una estampida aldebariana, pero eso no es lo que más le llama la atención sino que a la cabeza del tropel y montado en un enorme toro negro un hombre al que ha conocido los últimos diez años lo maldice desde arriba. César sabe que si lo deja ir se quedará sin empleo, así que toma el viejo y oxidado 38 apuntando a la pasada, el tiro roza al jinete en uno de sus ojos pero no detiene la marcha de aquellos cascos.

Suena la alarma, como una sirena maldiciendo a esos barcos que se alejan en la oscuridad y entonces se desata la persecución. La policía sigue el rastro de los animales hasta los acantilados que caen sobre el mar y allí desaparecen, César es despedido antes del amanecer, el frigorífico quiebra en menos de un año y el sereno toma al alcohol como un náufrago a la deriva.

 

II

 

Busco entre los recortes de viejos diarios casos parecidos, es la única forma de no perder el juicio por todo aquello que me ha tocado vivir. Apenas podía mantener el cuarto en el que moraba antes cuando tenía trabajo y ahora soy un paria, un desterrado en mi propia tierra con un único objetivo: encontrar al carnicero que se escapó con todos el rebaño. Pero no hay demasiadas pistas, tan sólo reportes vagos de personas con menos facultades mentales que las mías. Eso y un marinero que dice haber visto una manada ingresando en una cueva cuando la marea estaba alta.

La única pista, así que he tenido que conseguir unas cuerdas para poder bajar en ese lugar cuando la marea amenazaba con cubrirlo del todo. Mi impaciencia era demasiado grande, los cascos ligeros no eran sólo aquellos toros alejándose en la noche y despertándome en un mar de transpiración.

Nada de reflexiones, el carnicero debe pagar y antes de que el mar cubra aquel lugar un rayo de sol marca una pequeña hendija en la roca ancestral. Pequeña que te vuelves grande dejando que pueda atravesarla y no dar crédito a lo que veo.

 

III

 

Algo va mal, no puedo seguir haciendo esto. El último ternero me suplicó prácticamente y aun así lo sacrifiqué para que otros puedan rendirle tributo a Baco. Pero esa larga noche no dormí, desperté demasiadas veces del mismo sueño y sentí la marca del tridente en toda mi alma. Tenía que hacer algo así que ese día esperé a que ingresara hasta la última bestia, aguardé y cuando quedamos solos como tantas otras veces decidí emprender la huida siguiendo la constelación de Tauro. El sereno sería un problema, lo maldije por el ser el carcelero de esas almas y como respuesta me quitó un ojo.

Pero ahora que he encontrado el camino de regreso a los dominios de mi Padre, el mar se ha corrido para dejarnos ver el pasaje a su reino y finalmente llegar a ese llano de pasturas eternas. El mar lame mis pies mientras contemplo la manada, eso y un barco que se acerca a nuestras costas.

Odiseo ha venido disfrazado de cordero para poder llenar las bodegas de carne fresca, pero mi buen amigo el sereno los ha espantado usando uno de los truenos de Zeus que aún conserva en ese 38 “Thunderlord”.

 

“Aquí en los campos de Poseidón, yo el de muchas palabras, vigilo que los humanos se queden en el mar”.

 


martes

Eácida

Los guijarros yacen gastados

de tanto que el mar va y viene,

contempla apoyado en su cayado

al oleaje llegar hasta las costas.

Sus brazos aún guardan la vigorosidad

de antaño aunque ahora sólo vela

por unas cuantas cabras que son

su tesoro más preciado.

 

Anoche encontró a un viejo amigo

que volvió como un mendigo

a sentarse a su mesa y recordaron

otras épocas mientras la noche discurría,

incluso sus nietos estuvieron oyendo

las historias de Odiseo hasta que el

alba se hizo presente.

 

Allí su visitante decidió volver a la mar

en aquel ajado navío que ha visto mejores

momentos y el pastor lo vio perderse en

el horizonte de regreso a Ítaca,

un poco de nostalgia tal vez por no haber

acudido a la batalla en Ilión

pero tan sólo fue un momento.

 

Después de todo las historias no la hacen

únicamente los héroes en armaduras bruñidas,

también las personas comunes con nombres

olvidados realizan acciones que resuenan

más que diez mil guerreros cargando

contra una muralla.

 

Es así como finalmente se alejó de la playa

llevando a una de las pequeñas crías de

su rebaño que se había extraviado,

su nombre tal vez no resuene en los mares

del tiempo pero a él eso no lo inquieta.

 

Y sobre los muros de la eterna Troya

Héctor ve a sus hijos crecer.

Poseidón de pileta

Ínfulas, pero que los demás se den cuenta no importa demasiado mientras sigo rodeado de placeres terrenales y ese monedero nunca se encuentra vacío.

Un océano infinito de posibilidades, la heladera está al tope, las deudas cubiertas, un seguro médico completo, un corte de pelo nuevo para el perro, grandes extensiones de tierra y una casa acorde a ello.

Después de todo es lo más cerca de ser un dios que podemos estar o tal vez en esto de vanagloriarnos lo reemplazaremos por una divinidad en cuya corte estemos todos los que vemos al mundo a través de lo material.

Todo es una mercancía de intercambio incluidos los ejemplos (excusas disfrazadas) que les damos a nuestros vástagos para convertirlos en pequeños querubines que cuidarán las puertas de este barrio cerrado llamado Cielo al que pocos acceden, mientras la ruta se lleva a la mayoría que no son sino Bárbaros.

Y ahora un chapuzón en este enorme océano que resulta ser mi reino personal, él que no comparto con nadie. Ni siquiera con aquellos que viven en estos salones palaciegos.   

Annelie y Los Indignados de cucha cucha

Exordio

La sangre de los olímpicos se mezcló con la de la gorgona y volvió a los hijos del relámpago parias que vagaban por este plano cual alma sin monedas para el barquero. Los justificativos reemplazaron a los ejemplos, sin que nadie se hiciera cargo de lo que hacía mientras los pocos que podían decir ¡no! eran vistos como inadaptados a esa sociedad de caos y vergüenzas.

1. Los de arriba y los de abajo

La nave atraviesa la inmensidad del espacio, a través de un desierto desolado de tiempo y recuerdos. Otros navíos extraviados parecen ir en la misma dirección, apenas un débil cristal evita terminar congelados. Los de arriba siguen de jarana, el combustible del expreso no es lo único que se consume esa noche. Apenas un par de almas resisten la tentación de pasar de Boedo a beodo, a la larga el sueño los embriaga a todos. Abajo en la mazmorra los refugiados reciben a algún noctámbulo que busca dormir en paz o simplemente usar la letrina. El único viajero despierto contempla el paisaje nocturno hasta que cruzan una vía láctea roja y él también se rinde ante los encantos de la nación de Somnia.

2. Bolsa de valores

"Antes de entrar al primer círculo favor de dejar sus valores aquí" clamaba un letrero y el colector multaba a los que desobedecían este precepto. El aura en torno a Annelie los protegía un poco de todas las desviaciones que surgían a su paso, tal vez sólo contemplar el paisaje era muy utópico. Pero la situación que presenciaban era distópica. Por la noche los pocos valores eran devueltos a sus portadores, dado que estos se reciben, conservan y transmiten sin que uno llegue a ser dueño de ellos.
Luego comenzaba el festín, los sátiros dejaban sus disfraces de decencia y perseguían a las dríades que no dudaban en unírseles. 
Aquellos que veían los restos de los valores del mundo vueltos arena eran señalados y convertidos en la mofa de esa noche eterna cubierta de blasfemias y malas canciones.

3. Los indignados

Nunca tuvieron un no, más bien siempre se les dio la opción de negociar. Estudiá a cambio de un equipo nuevo y ese será tu único horizonte. Saber para qué uno se vuelve más grande no es necesario, el compromiso es el mismo cuando se es irresponsable. 
Annelie los veía como a cuervos revoloteando sobre las pocas cosas que creían no tener. No era una palabra nueva en un lenguaje desconocido. Ella recordó a su hermana allá en la República de Lebos, oasis de parias y víctimas. Los envío al mismo lugar que al huargo lanudo cuando éste ocupaba el sillón al que se arrojaba como Jenofonte al ver de nuevo la mar.

4. ¡Quiero esto!

Quiero aquello, lo otro y lo de aquella parte. Lo quiero y me enseñaron que lo tendré. No, esa es una realidad paralela en la que viven seres fósiles y nosotros jamás iremos allí. Que ellos se queden en su lugar, no nos impidan ser y hacer a nuestro antojo. ¿Ser mayor de edad? Jajajaja. No me siento diferente por eso, vivo un presente infinito y cada foto nueva lo demuestra. Tapo lo anterior y aspiro este segundo nuevo, que ya es viejo como los de la otra dimensión. Haberse visto semejantes desubicados diciéndome qué no hacer. Son resabios de otras épocas y por lo tanto nada deben hacer en la nuestra.

5. Consecuencias

Es difícil ver hacia adelante si sólo se vive en el presente. Esta no es una advertencia, más suena a condena y el barquero sabe mucho de ello. La paz que rodea a esta excursión encierra noches agitadas y tristes, al menos para los que esperan otra cosa. La esperanza yace en el fondo del cofre, el resto son calamidades desatadas y gracias a ello Caronte de la Barca tiene un laburo infinito. Así que presta atención, que no tengo todo el tiempo del mundo y no me gustaría verte subido a un bonsái para mostrarme lo grandioso que no sos. Magnificarte fue un error que pagaremos con creces y cruces. Un error que al barquero le significarán unas cuantas monedas más.

6. Misfits

El inadaptado supo primero sus derechos y más tarde los demás derechos. Los deberes son algo extraño, tanto como tener valores y palabras.
Los valores son unidades monetarias con las que cambiar el equipo viejo y tener al imp ocupado mientras los dueños de la prole siguen buscando la forma de alimentar sus caprichos para no recibir las quejas de un impúber.
El interés superior es el de aquel que crece rodeado de cosas pero le falta de todo.
Annelie sabe lo que es pasar privaciones, viendo la manera en la que se reemplazan los ejemplos por justificativos y se enseña a evadir responsabilidades. 

7. Fotos veladas

A la larga todos somos parte de una foto antigua, que se va gastando o perece entre los restos de un basural tecnológico. Danzando entre nubes y emojis que sustituyen palabras pero sobre todo emociones. Un día el niño se hizo adulto, el amanecer despierto dio lugar a tener que levantarse para cargar el changuito. Y el pequeño toma cuanto juguete pasa cerca. Eso o un mar de lágrimas hasta que obtiene lo que quiere.
Los hábitos no nacen así como así y horrorizados los adultos buscan a quien echarle la culpa del bárbaro al que alimentan.

Apoteosis

Vean y pasen, en la esquina verde portando una bolsa con los despojos de los principios de la humanidad, Annelie. Y en estos pedestales de mármol portando la salvación del mundo, Los Indignados. Es hora de darle a nuestra vieja profesora la despedida y hacerle saber que varios de ellos velarán por su futuro, en menor medida que aquella que recibieron de Anne.

No hay pasado no hay futuro, tan sólo una eterna noche larga del presente y cuando el amanecer por fin haya llegado recordarán las palabras de Ella que han quedado grabadas en un lugar de nieves eternas.