domingo

Asesino

El detective Expedito González acudió a la escena del crimen aquel primero de mayo para toparse con un verdadero desastre, el cazador yacía muerto sobre la fría tierra y su arma no había sido disparada. Parecía que la presa usó un objeto contundente para deshacerse de la víctima invirtiendo los roles, situación esta que jamás en sus veintiséis años como policía había encontrado. Por norma general los delitos de este tipo culminaban con un baño de sangre, restos por todas partes y elementos suficientes para poder perseguir al autor. Aquí sólo se hallaban unas cuantas líneas alejándose de la escena que indicaban el uso de una rama para esconder las huellas, llevándolo hasta un claro con un único árbol ahí a lo lejos. El terreno en esta zona se volvía pantanoso, propio de las cañadas que rodean a Plaza Galo y son habitadas por carpinchos además de otros especímenes. Se dirigió hasta la planta vieja que identificó como un fresno, ejemplar que se parecía bastante al que con su suegro habían plantado en el frente de la casa y que presentaba los primeros brotes de la primavera anunciándose. No había más rastros por aquel lugar así que se apoyó sobre el tronco acariciando las estrías que presentaba por la labor de los elementos, así estuvo un rato hasta que decidió alejarse. Se encontraba cruzando el último pedazo de terreno con greda y agua cuando una idea le vino a la mente, era alocada como la mayoría de las veces pero tenía razón de ser si se podía permitir llamar a su elucubración razonable. El árbol era el asesino, sin lugar a dudas, y la lluvia había lavado los restos de sangre del cazador que cometió la tontería de meterse en aquel lugar alejado de la luz. Aunque no podía probarlo, las huellas no habían sido alteradas sino que eran las raíces del monstruo que no toleraba más la matanza de los suyos por parte de los humanos. Mucho menos la caza indiscriminada de aquellos que no buscaban alimentarse sino tener el trofeo en una fotografía, nadie le creería así que se alejó del lugar. El expediente sería caratulado como "Averiguación de causa de la muerte" y archivado tras cinco años, regresando Expedito a aquel páramo una vez que se jubiló para notar que el fresno ya no estaba. No había señales de tala alguna o el viento y la garúa le habían jugado una mala pasada. ¿Cómo saberlo?

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