miércoles

Tengri

Un loco camina en la lluvia, 
los proyectiles le impregnan la vestimenta, 
el paisaje se torna a color 
en medio de la oscuridad reinante. 
Un chispazo deja ver 
el trabajo del arquitecto 
haciendo sentir pequeño al de abajo, 
deseando no ser más que una gota 
en eterna caída así la esperanza 
no culmina en un impacto.
Exhibe sus venas, 
el laburo de los dos brazos, 
la voz poderosa 
y como la cabellera eléctrica. 
Se enrosca entre los cables 
zarandeando la osadía de levantar 
algo sobre el suelo, 
suspira pasando de largo 
en busca de dejarle el recordatorio 
a otros tontos. 


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