martes

México

DUERME


Ya todo es silencio,

el último borracho se ha ido a dormir,

las luces que indicaban una alegría

tras otra se han apagado y ahora sólo

queda la paz de la noche.

En el mundo de los sueños esas borracheras

se vuelven burbujas, en las cuales

se manifiestan diferentes fantasías

las que se van a desvanecer al amanecer

cuando el sol surja por detrás del caserío

con tejas españolas.

Una vez que esto pase la bruma marina se

habrá disipado y las sierras recuperarán

su silueta, igual a la de los humanos

que despiertan después del sopor de la

noche y de las copas.


CUAUHTÉMOC


Cuauhtémoc espera a que el Coyote

le traiga el último poema, a través

de Tacuba.

Y es que sus espíritus viven en cada

uno de los rincones del valle,

incluso debajo de los adoquines

que se alzan donde estaban las

antiguas calles.

En cada parte hay un poco

de ellos dos.


LOBO


Aún es de noche, una suerte de viaje en el tiempo dado que allá en el pago ya salió el sol. El coyote se aleja gritando un adiós, un lobo negro  aguarda en los verdes campos ahí en la ría. Ya el sol se había puesto tras las colinas del valle cuando los pájaros emprendían vuelo.


Y las bestias mal educadas e ignorantes festejarán haberle puesto fin a la sociedad, apedreando al distinto hasta volverlo una masa  sanguinolenta  para así darse cuenta que estamos hechos de lo mismo.


RESMA


Una resma de hojas por un puñado de pesos, las líneas han de formarla los versos de este relato. Varias lapiceras con un poco de tinta,  igual que el resto de la sangre que aún me queda. Esto y las migajas para las palomas sobre el viejo tejado español, así empieza esta historia sobre alguien que lo tuvo todo para luego dejarlo atrás.

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