El texto le pertenece al Negro Fontanarossa, fue publicado en el libro "Los trenes matan a los autos y otros cuentos" del Grupo Editorial Planeta.
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Esta obra está licenciada bajo la Licencia Creative Commons Atribución 2.5 Argentina conforme se describe en la página intitulada "Creative Commons". "No hay nada como escribir. Todo lo que haces es sentarte frente a la máquina de escribir y sangrar" (Ernest Hemingway).
viernes
martes
Escritos en un café
En una de las tantas esquinas viene empujando al viento, este se resiste detrás de un colectivo que cruza Callao y se une a la eterna migración. Por momentos se escapa pero el tiempo sabe que lo encontrará más adelante, cuestión de conocer al mundo y a esos dos locos. Uno que sopla en cuanto rincón encuentra, el otro que le besa los pies a la tierra pero detiene el avance cuando esta le da lugar a algo más que llevarse las poesías escritas por algún nostálgico en la arena que se ha secado y la barre la brisa.
Pequeño Lido cercano a la plaza ahí en donde logran que algunas de las vacas sigan las reglas que se sancionan, encerrado entre las avenidas como un puerto al amparo de las tormentas aguardas a que se presenten esos náufragos que buscan el reparo de la tempestad y un poco de la vieja bebida negra. Alguna que otra poesía intenta quedarse en la galería, evitando el bombardeo que la torna un montón de venas azules y luego simplemente papel mojado. Igual a esas normas.
viernes
Doom (12/10 en una escala de malo)
Corriendo por
entre los pasillos oscuros para dejar atrás a las hordas de demonios y los
caídos que ahora levantan sus armas siendo usados como marionetas por la bestia
que se esconde detrás de puertas cuyas llaves están esparcidas. Cada
tanto envía un desafío nuevo intentando detener el avance a base de fuego, las
municiones también yacen abandonadas en cuartos secretos pero al dar con ellas
las esperanzas son renovadas. Una confrontación final aguarda más allá de ese
infierno en el que se mezclan fuego y sangre, por más horrores que desates
escondidos en esas cajas al final sabemos cómo ha de terminar. Porque cuando la
enorme torre se eleve sentiré el viento justiciero golpeándome el rostro, tres
detonaciones bien dirigidas y esa cara se vuelve un montón de explosiones que
sacuden el averno. Ahora finalmente puedo descansar, hasta que a Romero se le
ocurra crear otro wad y entonces la tentación será demasiado grande. Ya que
estaré buscando terminar con cada uno de esos niveles, hasta dar con el arma
grande cuya luz verde sabe a condena para esos demonios.
Basado en toda la experiencia acumulada en el juego Doom de ID Software, creado por las mentes brillantes de John Romero, John Carmack, Adrian Carmack y Tom Hall, para la todopoderosa PCMR. ¡Hail to the King, baby!
El título entre paréntesis proviene del cómic del mismo juego.
Pacífico
Me han dicho que su lecho es rocoso
pero como las piedras son obstinadas
las desaloja cada tanto para que
cuando la marea cambie acogerlas
nuevamente contando las cabezas
y notando que alguien se ha llevado
una de ellas de recuerdo.
domingo
Silencio
Si hubieran querido que me callara, no me habrían enseñado a
leer y escribir. Tampoco tendría ningún valor más allá de los billetes y el
crédito asesino, sería apenas un pedazo de estiércol con los modales de un tipo
preparado pero el buen día ausente. Pues bien, dado que el tiempo todavía no me
calla es que decidí decir que estoy harto de las sectas que representan la nada
misma pero se arrogan el nombre del pueblo dormido. Pueden ponerle el nombre
que quieran, no son más que acólitos de una orden superior con cuentas en redes
sociales y argumentos berretas. Un ejército de zombis de fácil adoctrinamiento,
sin pensamientos propios excepto por la oración repetida hasta convencerse que
son la panacea. Aunque la cura apenas alcanza para unos pocos y sirve para
dejar afuera a la mayoría, criminales por haber nacido diferentes así que mejor
diagnosticar el mal e intentar homogeneizar esas conductas desviadas. Se persigue
al culpable, antes supuestamente inocente, con teas y capuchas por medio de una
red social. Miserables sin vida alguna, despotricando contra todo lo que
represente al género opuesto y olvidando que la mitad de su ser lleva el mismo
estigma. Dedo acusador, mensaje breve sin pensar demasiado en las consecuencias
de cazar brujas. De tanto buscar alguna vez tendrán razón, sin importar las
víctimas colaterales que esto implique. No les importa, lo toman como una
especie de acto de justicia igual al que han cometido otros a lo largo de la
historia y no es más que una acción de cobardes con difusión masiva. Ignoran en
sus delirios que su supuesta igualdad no es otra cosa que dejar afuera a todos
los hombres o tal vez lo saben pero no quieren admitirlo. Por si acaso
cualquier hábito asociado a ellos debe ser tildado de machista, cuando los
justificativos faltan. Y si eso no funciona perseguir con una lluvia divina al
infractor, alcanzándolo con el brazo etéreo del ciberespacio y la prueba de que
no tienen vida propia. Máquinas repetidoras de discursos clase zeta, a las que
el repertorio se les agota enseguida y recurren al insulto, se cosifica al
hombre como recurso extremo sabiendo que no habrá tarjeta roja. No es padre,
hermano, amigo, amante o cualquier otro término que indique vínculo, es una
cosa a la que deben destruir. Imponiendo una guía de la deconstrucción para que
los sobrevivientes a la cacería se muestren cabizbajos y acepten sin chistar
las nuevas reglas. Total las que no nos convienen son retrogradas, parte de un
sistema opresor que debe derrumbarse al igual que los muros de Ilión, empleando
un método parecido al de Nemo. Un sinfín de mensajes dirigidos a las mentes de
personas permeables, jalando los hilos para que la representación cobre vida y
beneficie a las adeptas de la primera hora. La igualdad aparece como una utopía
cuando la víctima se torna victimario, exhibiendo su ser como el único con
derechos y pidiendo la rendición incondicional de los que piensan distinto. Silenciando
las voces diferentes, tortura digital como castigo y el coro de loros repite para no olvidar detalle
alguno. Por si acaso cualquier reclamo va a la misma bolsa, sin importar que
ustedes me pisen en el proceso. Han olvidado que existimos por dos, nunca por
un único individuo.
Cuaderno 2, 6.
viernes
Poder (Sombras)
La luz que existe iluminando a la figura pública presenta
oscuridad alrededor, en ella se mueven los hilos decidiendo sobre un sinfín de
vidas aparte de la del titiritero. Los objetivos son claros, mantener las cosas
en la misma situación y asegurar el bienestar para unos pocos. Doscientos años
de nada, de hipotecas a ser pagadas por los hijos de los hijos de los hijos.
Condenando a los de ahora, mañana y pasado a vivir del crédito aparte de drenar
las migajas de aquellos que la yugan. Creando manadas de conformistas, de
inquisidores envueltos en redes que atrapan fragmentos de las vidas de
desconocidos. Tirando el mensaje sin consecuencia alguna en tanto se suman
adeptos, ignorantes con teclado y pantalla táctil que saben un poco de nada
pero opinan de todo. El logro del que detenta la manija, masas carentes de
conocimiento con conciencia de sus derechos en un extremo pero sin el balance
de las obligaciones. Interjección con disfraz de carita feliz, energía gastada
en intentar un fundamento que termina en una risa. Las sogas cumplieron su
destino, tener a la mayor cantidad de sobras ocupadas en asuntos sin sentido en
tanto se contraen nuevos créditos debitados del tiempo de nuestros esfuerzos.
El líder sale al escenario, una tarima para uno que imparte un mensaje de luz
en tanto en las sombras hacen filas los mismos de siempre. Una partida jugada
hasta el hartazgo por los mismos partícipes en el asalto a las arcas llenas de
monedas. La vida convertida en billetes, sudor y recortes en la existencia para
sobrevivir. El poderoso tendrá más tiempo, decrépitos con fueros para llegar al
final inmunes.
Cuaderno 2, 5.
jueves
Podador
En la vida se dedicó a acumular
una fortuna pero su pasatiempo era cortar la hierba hasta el ras. Luego venían
los excesos en los que saqueaba las bodegas vecinas, llegando incluso a que
bebiera el pasto que volvía a nacer. La soledad no lo abrumaba, todo era un día
de celebración excepto cuando podaba su patio. Al final llegó la hora de pagar
la cuenta y dadas ciertas deudas terminó en el infierno. Su condena consistía
en mantener sin malezas los rojos campos del averno, aunque se hartó rápido de
esta tarea imposible y forjó una guadaña que daba cuenta del fuego en un
instante. Pronto sólo quedarían paisajes humeantes, así que al regente de ese lugar
se le ocurrió enviarlo en tren rumbo al cielo. La cuenta estaba saldada leyó Pedro,
por lo que ingresó a esos verdes prados en los que pronto tuvo trabajo.
Cuaderno 2, 4.
viernes
Literatura
Puedo saltar entre los tiempos de
héroes y de orcos, cruzando del mundo real al de la fantasía a través del
puente oculto en las nieblas de la imaginación. Las historias se mezclan siendo
dibujadas en la mente del testigo, recorre éste un camino dibujado en un mapa bajo
la forma de un libro. Cada persona que pasa por ese lugar le da un sentido
distinto al mensaje oculto, el autor vive entre los personajes que mueren pero
luego son reencontrados en otras ediciones. Una narración se torna infinita
como las estrellas, del drama a la poesía escrita en el invierno viven en las
pequeñas bibliotecas que no son sino las secciones de una colección universal.
Cada línea descubierta acerca más el barco a su destino, el de los héroes que
esperan la hora final para descubrir que ha mutado en otro personaje, vivo aún.
Cuaderno 2, 3.
Inoperantes
Vienen por los restos del
banquete, poco importa quién se llevó la mejor parte en tanto algo quede a los
necrófagos. Las copas se llenan con nuestro sudor, la sangre de los explotados
y el último suspiro de la resignación. Los rostros viejos aparecen con ideas
superadoras, intentando no resolver el problema causado y agravado por los de
ahora. Esconden detrás de las soluciones un reparto de la mortaja, no importan
en absoluto los ciudadanos sólo el sentarse en la silla del mandamás de los
morosos. Mostrar la opulencia, la acusación digital y la pérdida de valores,
los emblemas de una sociedad bárbara que observa hacia otra parte en la
búsqueda de la civilización. Armando las fuerzas de choque con licencias
infinitas, derechos sin obligaciones, prepotentes con doctorados en tales
menesteres que entonan una interjección dado que se olvidaron la letra.
Cuaderno 2, 2.
jueves
Huevos
Se jugó un sábado, por esas cosas de tener que ir a naufragar al día siguiente, con bombos, platillos y el sobre dentro de la urna. Pues bien, el domingo se trasladó un día antes en un estadio repleto y con ambas parcialidades. Lo que ahora es una mera postal, destruido el espectáculo por culpa de los bárbaros que se sienten por encima de los demás, sólo se ven los colores de un equipo en las tribunas. Pero ese día un Monumental vestido de rojo y blanco con unos tonos azules y amarillos en una de las bandejas, asistiría a la última función de Diego en lo que sería un baldazo de agua fría. El gordo no salió a jugar el segundo tiempo, cambios de por medio apareció un pibe llamado Riquelme que heredaría esa número 10 que le ha quedado grande a varios, después habría tiempo para las despedidas en el Templo de la contra. En ese momento el partido estaba 1 a 0 a favor de local, más la pérdida del líder hacía pensar en una debacle para los visitantes pero esto quedó atrás enseguida. El Huevo empató las cosas, hizo desaparecer el cero del marcador con una definición ante Burgos y a empezar de nuevo, la frutilla del postre vendría un rato más tarde con el primer gol de Palermo al rival de siempre. 1 a 2 en un rato, después aguantar, el 10 seguía en el vestuario convencido ya de que no le quedaba más que dar excepto decir adiós. El mismo que hace un rato varios le han transmitido al que puso el empate.
Pero después, después el campeón sería River con un empate ante Argentinos Juniors de nada serviría la goleada de Boca ante Unión. Hasta ahí todo igual, un año más tarde empezaría otra historia igual que siempre. A la larga la marea cambia.
La imagen ha sido obtenida del siguiente enlace:
martes
Luz (J.)
Luz, un haz que corta las tinieblas de tanto intento por cercenar la vida, más se resiste esta a dejarse llevar por la corriente y al final ha de crecer. Pasos pequeños iluminando el nuevo día, un regreso a aprender lo qué es vivir al quitarnos el saco de la rutina y ventilar la casa, brote verde que se eleva rumbo al cielo en el que las estrellas duermen vigilando el sol nuestros pasos. Luz danzando en la cara de la oscuridad, desgarrándola hasta enviarla a algún rincón olvidado justo detrás de la sombra de la taza de té abandonada a su suerte. Aunque alguno recordará que sigue ahí esperando la caricia de la esponja, el agua fría que elimina impurezas y luego el reposo en el que la noche se aloja, hasta que el repasador destierra a la última de esas alimañas oscuras. Luz brillando por todas partes, gritos de niños bajo la mañana del otoño un sábado cualquiera o el martes tras la escuela, en esta tarde en la que ella ha venido mirando con ojos curiosos las raíces blancas que penden del mentón rocoso de uno, bebiendo de la fuente cálida de su madre. Los dos responsables de traerles una cuota de esperanza a este mundo, un grano más de arena en la interminable batalla.
miércoles
Poesía (1 - 2)
VI).- Verano
El sol se pasea sin contratiempos
por su campo celeste, ante la
presencia de alguna amenaza
las nubes son arrojadas por
la bola dorada hacia los doce
rincones en una especie de
partida de pool.
Abajo los grillos cantan
en las sombras de los pinos,
la silla aguarda bajo el álamo
a que el capitán inicie el ritual.
Pequeñas hormigas salen a
llevarse los restos del pan
comprado
entre la muchedumbre que
se agolpa frente a las vidrieras,
en un intento de traspasarlas
y llegar antes que los demás.
VII).- Luz
De qué sirve crear si se condena
a esa pequeña obra a la oscuridad
de un cuaderno dejado en un
rincón,
sin abrir nunca la ventana que le
permita volar finalmente
volviéndose un pez alado
en el océano eterno de
las letras y la imaginación.
Un amanecer llegando sobre
versos e historias que remarca
el color de esas líneas sobre las
que se dibujan nuestras vidas,
quedando como testimonio de fuego.
VIII).- Instante
Por un momento fueron felices
todas las líneas de la vida se
resumían
en ese momento único,
tanto que debo apelar a la
imaginación
porque no me ha tocado vivirlo.
Dibujó los sueños de ambos
con el primer grito en este mundo,
luego calló al igual que la cigarra
cuando recibe su ración de agua.
La pequeña flor brilló durante
siete interminables días,
para apagarse convirtiéndose
en amargura pura en donde
hubo tanta dicha.
Sus pétalos vuelan a lo alto,
en el lugar en el que se halla
la paz aunque acá abajo
duela tanto la ausencia.
IX).- Calor
Vete ya, deja que
otro interprete la obra
consistente en aclimatar
nuestras vidas.
Un puñado de turistas
se esconden del sol,
pero los gases de la
ciudad los siguen a todas
partes e incluso el mar
muestra burbujas
cada tanto.
No hay forma de huir de
este destino, demasiada
humedad y golpes
propinados por el sol
sobre nuestras ya
golpeadas existencias.
Apenas una gota
de viento trae un
dejo de esperanza
a los navegantes que
deambulan buscando
un respiro.
Gruesas gotas se vuelven
las andanadas del sudor,
que recorre las extremidades
buscando mojar el asfalto.
La ropa se impregna de
esa lluvia, aunque sería
mejor que la tormenta
azotadora de las hojas
desprendidas a cuenta
del otoño se desate
desalojando toda esa
atmosfera sofocante,
para que el viento corra
el telón y le dé al sol
la posibilidad de brillar
sin calcinarse.
X).- Aguacero
De las raíces emerge el coro
de la vida, retoños del paraíso
vegetal que atesora a los
grillos en un nuevo concierto.
Luciérnagas titilan en la noche
helada, emisarias de estrellas
lejanas que cortan el azul
oscuro del cielo.
Los sapos juegan a recaudar
para pasar el invierno,
mojándose con el rocío
que acumula la canaleta gastada.
Las ranas le cantan a la
lluvia hartas de la humedad
y del vuelo de los mosquitos,
esperando el milagro
de ver al cielo llorar ante el
pedido reiterado.
Entonces callan, incluso
los batracios buscan
refugio en la tierra
cuando el mar se muda arriba
y la gravedad hace que caiga.
Luego viene el silencio,
el jurado verde se hace oír
desaprobando ese aguacero
que no los deja contentos.
Entonces una caña inicia
la ascensión luego de que
un machete la mandara abajo,
sin consideración alguna de
su función de instrumento
musical del viento,
eterno cantor.
Cuaderno 2, 1 - 2.
jueves
Poesía (1 - 1)
La poesía no requiere una estructura, es contradictorio pedirle a
una forma de expresión que deba seguir una so pretexto de condenarla a la
hoguera.
I).- Pacífico
El Pacífico tiene un lecho
de piedras que son su
tesoro, en ellas se esconden
las huellas de aquellos
que han venido a rendirle
tributo y él les besa
los pies procurando sanarlos.
Su temperamento apacible
encierra años de cultivar
esa difícil cualidad
como es lidiar con quienes
mancillan sus aguas.
Pero incluso ellos tienen
un lugar dentro de la
memoria larga que posee
quien ha estado antes
que todo, contándole
esas andanzas a los
jóvenes árboles que
se formaron con los
restos de otros tantos.
II).- Memoria
La tarde contrasta con la mañana
una vez que el silencio ha sido
roto
y parecería que siempre será así,
pero la noche calma el asunto
generando una tregua.
Las barcas van y vienen,
el griterío de los pequeños
llena la costa de estas playas
en una mezcla de lenguas
semejante a una forja laburando.
El testigo eterno registra
cada palabra dado que por
políglota las entiende
a la perfección, luego realiza
un inventario de los sucesos
de la década en tanto el mundo
sigue viviendo en un sueño
al cual alimentan todas esas
anécdotas que pasan desapercibidas
excepto para el océano.
III).- Artista
Al caer el sol en una última
pincelada dibuja la silueta
de la montaña para enojo
de las nubes, las que habían
logrado tapar la presencia
de esta en su intento de
despedir a la luz del día.
Luego la noche los cubre
a todos, aunque desde su
puesto de vigía en la luna
el astro sigue los movimientos
de la tormenta hasta que ella
se deshace bajo la forma de
la lluvia.
Ahí retorna vencedor
dibujando con ironía
alguna nube a la que luego
borra, cambiando el blanco
por un celeste infinito
en lo alto.
IV).- Piedras
Cada guijarro es una historia
aunque para nosotros no pasen
de piedras, al mar poco le
importa ello dado que en
su acervo hay escenas para
todos los gustos.
Desde aquella alma que
observa por fuera al paraíso
hasta aquel que por un
momento tuvo la gloria
en sus manos y ahora
no es más que un resfrío.
Pero lo pasado vivido
queda no sólo en el garguero
sino en cada pisada sobre
la calzada empedrada de la
que el mar es guardián.
Caprichoso las apila sin
orden alguno, los únicos
que se preocupan por mantener
eso son los humanos.
V).- Anillo
Soñé con un gancho hecho
a partir de una percha
que sostenía una bata,
lo irónico es que las
mismas son de plástico.
Se me fue el anillo por
el agujero de la pileta,
así que notando lo inútil
del esfuerzo me fui a dormir.
Pasando la oscuridad y la
barrera del silencio vino
la idea salvadora, así que
procedí a desenroscar
el sifón de debajo del lavabo
el cual cedió gustoso.
Sin embargo también recibí
un poco de agua en el
rostro, una doble ironía
dado que prefiero el
vino sin agregados hídricos
y acá tuve por demás.
Cuaderno
2, 1 - 1.
miércoles
R.y F.
Descansa recostada
en la losa fría
blanda y babosa
como cuando vivía
inmóvil, rencorosa
reposa sin esfuerzo
tan nerviosa
y despectiva
muerta como viva.
Descansa recostada
blanda y ojerosa
quejándose, mohínosa
del aire que respira.
Con ademanes finos
a los demás denigra
se siente así mejor
y simula una sonrisa.
Descansa, pero cada tanto la mano estira
buscando la copa de la que bebe el esfuerzo
de los demás, incluso de aquel al que dice amar.
Descansa, sueña que es enorme y que su luz,
disfrazada por la oscuridad, se extiende
a todos los rincones haciendo que su
nombre sea conocido más allá de una vidriera.
Descansa, grita, golpea la mesa haciendo
que ruede la copa cuando finalmente se ha dado
cuenta que a su alrededor sólo hay silencio,
profundo espacio del olvido y la miseria.
en la losa fría
blanda y babosa
como cuando vivía
inmóvil, rencorosa
reposa sin esfuerzo
tan nerviosa
y despectiva
muerta como viva.
Descansa recostada
blanda y ojerosa
quejándose, mohínosa
del aire que respira.
Con ademanes finos
a los demás denigra
se siente así mejor
y simula una sonrisa.
Descansa, pero cada tanto la mano estira
buscando la copa de la que bebe el esfuerzo
de los demás, incluso de aquel al que dice amar.
Descansa, sueña que es enorme y que su luz,
disfrazada por la oscuridad, se extiende
a todos los rincones haciendo que su
nombre sea conocido más allá de una vidriera.
Descansa, grita, golpea la mesa haciendo
que ruede la copa cuando finalmente se ha dado
cuenta que a su alrededor sólo hay silencio,
profundo espacio del olvido y la miseria.
Romero y Fiori, 2019.
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