viernes

Doom (12/10 en una escala de malo)

Corriendo por entre los pasillos oscuros para dejar atrás a las hordas de demonios y los caídos que ahora levantan sus armas siendo usados como marionetas por la bestia que se esconde detrás de puertas cuyas llaves están esparcidas.  Cada tanto envía un desafío nuevo intentando detener el avance a base de fuego, las municiones también yacen abandonadas en cuartos secretos pero al dar con ellas las esperanzas son renovadas. Una confrontación final aguarda más allá de ese infierno en el que se mezclan fuego y sangre, por más horrores que desates escondidos en esas cajas al final sabemos cómo ha de terminar. Porque cuando la enorme torre se eleve sentiré el viento justiciero golpeándome el rostro, tres detonaciones bien dirigidas y esa cara se vuelve un montón de explosiones que sacuden el averno. Ahora finalmente puedo descansar, hasta que a Romero se le ocurra crear otro wad y entonces la tentación será demasiado grande. Ya que estaré buscando terminar con cada uno de esos niveles, hasta dar con el arma grande cuya luz verde sabe a condena para esos demonios.  

Basado en toda la experiencia acumulada en el juego Doom de ID Software, creado por las mentes brillantes de John Romero, John Carmack, Adrian Carmack y Tom Hall, para la todopoderosa PCMR. ¡Hail to the King, baby!

El título entre paréntesis proviene del cómic del mismo juego.

Pacífico

Me han dicho que su lecho es rocoso
pero como las piedras son obstinadas las desaloja cada tanto para que cuando la marea cambie acogerlas nuevamente contando las cabezas y notando que alguien se ha llevado una de ellas de recuerdo.

domingo

Silencio


Si hubieran querido que me callara, no me habrían enseñado a leer y escribir. Tampoco tendría ningún valor más allá de los billetes y el crédito asesino, sería apenas un pedazo de estiércol con los modales de un tipo preparado pero el buen día ausente. Pues bien, dado que el tiempo todavía no me calla es que decidí decir que estoy harto de las sectas que representan la nada misma pero se arrogan el nombre del pueblo dormido. Pueden ponerle el nombre que quieran, no son más que acólitos de una orden superior con cuentas en redes sociales y argumentos berretas. Un ejército de zombis de fácil adoctrinamiento, sin pensamientos propios excepto por la oración repetida hasta convencerse que son la panacea. Aunque la cura apenas alcanza para unos pocos y sirve para dejar afuera a la mayoría, criminales por haber nacido diferentes así que mejor diagnosticar el mal e intentar homogeneizar esas conductas desviadas. Se persigue al culpable, antes supuestamente inocente, con teas y capuchas por medio de una red social. Miserables sin vida alguna, despotricando contra todo lo que represente al género opuesto y olvidando que la mitad de su ser lleva el mismo estigma. Dedo acusador, mensaje breve sin pensar demasiado en las consecuencias de cazar brujas. De tanto buscar alguna vez tendrán razón, sin importar las víctimas colaterales que esto implique. No les importa, lo toman como una especie de acto de justicia igual al que han cometido otros a lo largo de la historia y no es más que una acción de cobardes con difusión masiva. Ignoran en sus delirios que su supuesta igualdad no es otra cosa que dejar afuera a todos los hombres o tal vez lo saben pero no quieren admitirlo. Por si acaso cualquier hábito asociado a ellos debe ser tildado de machista, cuando los justificativos faltan. Y si eso no funciona perseguir con una lluvia divina al infractor, alcanzándolo con el brazo etéreo del ciberespacio y la prueba de que no tienen vida propia. Máquinas repetidoras de discursos clase zeta, a las que el repertorio se les agota enseguida y recurren al insulto, se cosifica al hombre como recurso extremo sabiendo que no habrá tarjeta roja. No es padre, hermano, amigo, amante o cualquier otro término que indique vínculo, es una cosa a la que deben destruir. Imponiendo una guía de la deconstrucción para que los sobrevivientes a la cacería se muestren cabizbajos y acepten sin chistar las nuevas reglas. Total las que no nos convienen son retrogradas, parte de un sistema opresor que debe derrumbarse al igual que los muros de Ilión, empleando un método parecido al de Nemo. Un sinfín de mensajes dirigidos a las mentes de personas permeables, jalando los hilos para que la representación cobre vida y beneficie a las adeptas de la primera hora. La igualdad aparece como una utopía cuando la víctima se torna victimario, exhibiendo su ser como el único con derechos y pidiendo la rendición incondicional de los que piensan distinto. Silenciando las voces diferentes, tortura digital como castigo y el coro  de loros repite para no olvidar detalle alguno. Por si acaso cualquier reclamo va a la misma bolsa, sin importar que ustedes me pisen en el proceso. Han olvidado que existimos por dos, nunca por un único individuo.

                                                                                                                   Cuaderno 2, 6.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          

viernes

Poder (Sombras)


La luz que existe iluminando a la figura pública presenta oscuridad alrededor, en ella se mueven los hilos decidiendo sobre un sinfín de vidas aparte de la del titiritero. Los objetivos son claros, mantener las cosas en la misma situación y asegurar el bienestar para unos pocos. Doscientos años de nada, de hipotecas a ser pagadas por los hijos de los hijos de los hijos. Condenando a los de ahora, mañana y pasado a vivir del crédito aparte de drenar las migajas de aquellos que la yugan. Creando manadas de conformistas, de inquisidores envueltos en redes que atrapan fragmentos de las vidas de desconocidos. Tirando el mensaje sin consecuencia alguna en tanto se suman adeptos, ignorantes con teclado y pantalla táctil que saben un poco de nada pero opinan de todo. El logro del que detenta la manija, masas carentes de conocimiento con conciencia de sus derechos en un extremo pero sin el balance de las obligaciones. Interjección con disfraz de carita feliz, energía gastada en intentar un fundamento que termina en una risa. Las sogas cumplieron su destino, tener a la mayor cantidad de sobras ocupadas en asuntos sin sentido en tanto se contraen nuevos créditos debitados del tiempo de nuestros esfuerzos. El líder sale al escenario, una tarima para uno que imparte un mensaje de luz en tanto en las sombras hacen filas los mismos de siempre. Una partida jugada hasta el hartazgo por los mismos partícipes en el asalto a las arcas llenas de monedas. La vida convertida en billetes, sudor y recortes en la existencia para sobrevivir. El poderoso tendrá más tiempo, decrépitos con fueros para llegar al final inmunes.

Cuaderno 2, 5.

jueves

Podador


En la vida se dedicó a acumular una fortuna pero su pasatiempo era cortar la hierba hasta el ras. Luego venían los excesos en los que saqueaba las bodegas vecinas, llegando incluso a que bebiera el pasto que volvía a nacer. La soledad no lo abrumaba, todo era un día de celebración excepto cuando podaba su patio. Al final llegó la hora de pagar la cuenta y dadas ciertas deudas terminó en el infierno. Su condena consistía en mantener sin malezas los rojos campos del averno, aunque se hartó rápido de esta tarea imposible y forjó una guadaña que daba cuenta del fuego en un instante. Pronto sólo quedarían paisajes humeantes, así que al regente de ese lugar se le ocurrió enviarlo en tren rumbo al cielo. La cuenta estaba saldada leyó Pedro, por lo que ingresó a esos verdes prados en los que pronto tuvo trabajo.   

Cuaderno 2, 4.

viernes

Literatura


Puedo saltar entre los tiempos de héroes y de orcos, cruzando del mundo real al de la fantasía a través del puente oculto en las nieblas de la imaginación. Las historias se mezclan siendo dibujadas en la mente del testigo, recorre éste un camino dibujado en un mapa bajo la forma de un libro. Cada persona que pasa por ese lugar le da un sentido distinto al mensaje oculto, el autor vive entre los personajes que mueren pero luego son reencontrados en otras ediciones. Una narración se torna infinita como las estrellas, del drama a la poesía escrita en el invierno viven en las pequeñas bibliotecas que no son sino las secciones de una colección universal. Cada línea descubierta acerca más el barco a su destino, el de los héroes que esperan la hora final para descubrir que ha mutado en otro personaje, vivo aún.

Cuaderno 2, 3.

Inoperantes

Vienen por los restos del banquete, poco importa quién se llevó la mejor parte en tanto algo quede a los necrófagos. Las copas se llenan con nuestro sudor, la sangre de los explotados y el último suspiro de la resignación. Los rostros viejos aparecen con ideas superadoras, intentando no resolver el problema causado y agravado por los de ahora. Esconden detrás de las soluciones un reparto de la mortaja, no importan en absoluto los ciudadanos sólo el sentarse en la silla del mandamás de los morosos. Mostrar la opulencia, la acusación digital y la pérdida de valores, los emblemas de una sociedad bárbara que observa hacia otra parte en la búsqueda de la civilización. Armando las fuerzas de choque con licencias infinitas, derechos sin obligaciones, prepotentes con doctorados en tales menesteres que entonan una interjección dado que se olvidaron la letra.

Cuaderno 2, 2.


jueves

Huevos

Se jugó un sábado, por esas cosas de tener que ir a naufragar al día siguiente, con bombos, platillos y el sobre dentro de la urna. Pues bien, el domingo se trasladó un día antes en un estadio repleto y con ambas parcialidades. Lo que ahora es una mera postal, destruido el espectáculo por culpa de los bárbaros que se sienten por encima de los demás, sólo se ven los colores de un equipo en las tribunas. Pero ese día un Monumental vestido de rojo y blanco con unos tonos azules y amarillos en una de las bandejas, asistiría a la última función de Diego en lo que sería un baldazo de agua fría. El gordo no salió a jugar el segundo tiempo, cambios de por medio apareció un pibe llamado Riquelme que heredaría esa número 10 que le ha quedado grande a varios, después habría tiempo para las despedidas en el Templo de la contra. En ese momento el partido estaba 1 a 0 a favor de local, más la pérdida del líder hacía pensar en una debacle para los visitantes pero esto quedó atrás enseguida. El Huevo empató las cosas, hizo desaparecer el cero del marcador con una definición ante Burgos y a empezar de nuevo, la frutilla del postre vendría un rato más tarde con el primer gol de Palermo al rival de siempre. 1 a 2 en un rato, después aguantar, el 10 seguía en el vestuario convencido ya de que no le quedaba más que dar excepto decir adiós. El mismo que hace un rato varios le han transmitido al que puso el empate.

Pero después, después el campeón sería River con un empate ante Argentinos Juniors de nada serviría la goleada de Boca ante Unión. Hasta ahí todo igual, un año más tarde empezaría otra historia igual que siempre. A la larga la marea cambia.

La imagen ha sido obtenida del siguiente enlace:

martes

Luz (J.)

Luz, un haz que corta las tinieblas de tanto intento por cercenar la vida, más se resiste esta a dejarse llevar por la corriente y al final ha de crecer. Pasos pequeños iluminando el nuevo día, un regreso a aprender lo qué es vivir al quitarnos el saco de la rutina y ventilar la casa, brote verde que se eleva rumbo al cielo en el que las estrellas duermen vigilando el sol nuestros pasos. Luz danzando en la cara de la oscuridad, desgarrándola hasta enviarla a algún rincón olvidado justo detrás de la sombra de la taza de té abandonada a su suerte. Aunque alguno recordará que sigue ahí esperando la caricia de la esponja, el agua fría que elimina impurezas y luego el reposo en el que la noche se aloja, hasta que el repasador destierra a la última de esas alimañas oscuras. Luz brillando por todas partes, gritos de niños bajo la mañana del otoño un sábado cualquiera o el martes tras la escuela, en esta tarde en la que ella ha venido mirando con ojos curiosos las raíces blancas que penden del mentón rocoso de uno, bebiendo de la fuente cálida de su madre. Los dos responsables de traerles una cuota de esperanza a este mundo, un grano más de arena en la interminable batalla. 

miércoles

Poesía (1 - 2)


VI).- Verano

El sol se pasea sin contratiempos
por su campo celeste, ante la
presencia de alguna amenaza
las nubes son arrojadas por
la bola dorada hacia los doce
rincones en una especie de
partida de pool.
Abajo los grillos cantan
en las sombras de los pinos,
la silla aguarda bajo el álamo
a que el capitán inicie el ritual.
Pequeñas hormigas salen a
llevarse los restos del pan comprado
entre la muchedumbre que
se agolpa frente a las vidrieras,
en un intento de traspasarlas
y llegar antes que los demás. 

VII).- Luz

De qué sirve crear si se condena
a esa pequeña obra a la oscuridad
de un cuaderno dejado en un rincón,
sin abrir nunca la ventana que le
permita volar finalmente
volviéndose un pez alado
en el océano eterno de
las letras y la imaginación.
Un amanecer llegando sobre
versos e historias que remarca
el color de esas líneas sobre las
que se dibujan nuestras vidas,
quedando como testimonio de fuego.

VIII).- Instante

Por un momento fueron felices
todas las líneas de la vida se resumían
en ese momento único,
tanto que debo apelar a la imaginación
porque no me ha tocado vivirlo.
Dibujó los sueños de ambos
con el primer grito en este mundo,
luego calló al igual que la cigarra
cuando recibe su ración de agua.
La pequeña flor brilló durante
siete interminables días,
para apagarse convirtiéndose
en amargura pura en donde
hubo tanta dicha.
Sus pétalos vuelan a lo alto,
en el lugar en el que se halla
la paz aunque acá abajo
duela tanto la ausencia.

IX).- Calor

Vete ya, deja que
otro interprete la obra
consistente en aclimatar
nuestras vidas.
Un puñado de turistas
se esconden del sol,
pero los gases de la
ciudad los siguen a todas
partes e incluso el mar
muestra burbujas
cada tanto.
No hay forma de huir de
este destino, demasiada
humedad y golpes
propinados por el sol
sobre nuestras ya
golpeadas existencias.
Apenas una gota
de viento trae un
dejo de esperanza
a los navegantes que
deambulan buscando
un respiro.
Gruesas gotas se vuelven
las andanadas del sudor,
que recorre las extremidades
buscando mojar el asfalto.
La ropa se impregna de
esa lluvia, aunque sería
mejor que la tormenta
azotadora de las hojas
desprendidas a cuenta
del otoño se desate
desalojando toda esa
atmosfera sofocante,
para que el viento corra
el telón y le dé al sol
la posibilidad de brillar
sin calcinarse.

X).- Aguacero

De las raíces emerge el coro
de la vida, retoños del paraíso
vegetal que atesora a los
grillos en un nuevo concierto.
Luciérnagas titilan en la noche
helada, emisarias de estrellas
lejanas que cortan el azul
oscuro del cielo.
Los sapos juegan a recaudar
para pasar el invierno,
mojándose con el rocío
que acumula la canaleta gastada.
Las ranas le cantan a la
lluvia hartas de la humedad
y del vuelo de los mosquitos,
esperando el milagro
de ver al cielo llorar ante el
pedido reiterado.
Entonces callan, incluso
los batracios buscan
refugio en la tierra
cuando el mar se muda arriba
y la gravedad hace que caiga.
Luego viene el silencio,
el jurado verde se hace oír
desaprobando ese aguacero
que no los deja contentos.
Entonces una caña inicia
la ascensión luego de que
un machete la mandara abajo,
sin consideración alguna de
su función de instrumento
musical del viento,
eterno cantor.

           Cuaderno 2, 1 - 2.

jueves

Poesía (1 - 1)


La poesía no requiere una estructura, es contradictorio pedirle a una forma de expresión que deba seguir una so pretexto de condenarla a la hoguera.

I).- Pacífico

El Pacífico tiene un lecho
de piedras que son su
tesoro, en ellas se esconden
las huellas de aquellos
que han venido a rendirle
tributo y él les besa
los pies procurando sanarlos.
Su temperamento apacible
encierra años de cultivar
esa difícil cualidad
como es lidiar con quienes
mancillan sus aguas.
Pero incluso ellos tienen
un lugar dentro de la
memoria larga que posee
quien ha estado antes
que todo, contándole
esas andanzas a los
jóvenes árboles que
se formaron con los
restos de otros tantos.

II).- Memoria

La tarde contrasta con la mañana
una vez que el silencio ha sido roto
y parecería que siempre será así,
pero la noche calma el asunto
generando una tregua.
Las barcas van y vienen,
el griterío de los pequeños
llena la costa de estas playas
en una mezcla de lenguas
semejante a una forja laburando.
El testigo eterno registra
cada palabra dado que por
políglota las entiende
a la perfección, luego realiza
un inventario de los sucesos
de la década en tanto el mundo
sigue viviendo en un sueño
al cual alimentan todas esas
anécdotas que pasan desapercibidas
excepto para el océano.

III).- Artista

Al caer el sol en una última
pincelada dibuja la silueta
de la montaña para enojo
de las nubes, las que habían
logrado tapar la presencia
de esta en su intento de
despedir a la luz del día.
Luego la noche los cubre
a todos, aunque desde su
puesto de vigía en la luna
el astro sigue los movimientos
de la tormenta hasta que ella
se deshace bajo la forma de
la lluvia.
Ahí retorna vencedor
dibujando con ironía
alguna nube a la que luego
borra, cambiando el blanco
por un celeste infinito
en lo alto.

IV).- Piedras

Cada guijarro es una historia
aunque para nosotros no pasen
de piedras, al mar poco le
importa ello dado que en
su acervo hay escenas para
todos los gustos.
Desde aquella alma que
observa por fuera al paraíso
hasta aquel que por un
momento tuvo la gloria
en sus manos y ahora
no es más que un resfrío.
Pero lo pasado vivido
queda no sólo en el garguero
sino en cada pisada sobre
la calzada empedrada de la
que el mar es guardián.
Caprichoso las apila sin
orden alguno, los únicos
que se preocupan por mantener
eso son los humanos.

V).- Anillo

Soñé con un gancho hecho
a partir de una percha
que sostenía una bata,
lo irónico es que las
mismas son de plástico.
Se me fue el anillo por
el agujero de la pileta,
así que notando lo inútil
del esfuerzo me fui a dormir.
Pasando la oscuridad y la
barrera del silencio vino
la idea salvadora, así que
procedí a desenroscar
el sifón de debajo del lavabo
el cual cedió gustoso.
Sin embargo también recibí
un poco de agua en el
rostro, una doble ironía
dado que prefiero el
vino sin agregados hídricos
y acá tuve por demás.

Cuaderno 2, 1 - 1.



miércoles

R.y F.

Descansa recostada
en la losa fría
blanda y babosa
como cuando vivía 
inmóvil, rencorosa
reposa sin esfuerzo 
tan nerviosa 
y despectiva
muerta como viva.

Descansa recostada
blanda y ojerosa
quejándose, mohínosa
del aire que respira.
Con ademanes finos
a los demás denigra
se siente así mejor
y simula una sonrisa.

Descansa, pero cada tanto la mano estira
buscando la copa de la que bebe el esfuerzo
de los demás, incluso de aquel al que dice amar.

Descansa, sueña que es enorme y que su luz,
disfrazada por la oscuridad, se extiende
a todos los rincones haciendo que su 
nombre sea conocido más allá de una vidriera.

Descansa, grita, golpea la mesa haciendo
que ruede la copa cuando finalmente se ha dado
cuenta que a su alrededor sólo hay silencio,
profundo espacio del olvido y la miseria.


Romero y Fiori, 2019.

lunes

Hongos


Encendió la radio sobre un viejo pino caído, las voces del hijo y la nuera se habían perdido en el recuerdo. El tabaco de la pipa flotó con el humo, la radio local informaba sobre el incendio. El viento del este había arrojado las llamas hacia la localidad vecina. Cada tanto un golpe de timón le traía el olor del homicidio del fuego, bajo ese muro verde el sol apenas encontraba un lugar en el que meter uno de sus rayos. Revisó en el morral la colecta del día, la variedad marrón oscura se encontraba bajo los árboles luego de una tormenta. Después vendría el corte de los hongos y la exhibición sobre los restos de la persiana, secándose al sol estival. Ese era todo el proceso, aunque le interesaba más la búsqueda y el hecho de perder contacto con los demás. Vivía solo hacía un lustro, la ausencia desaparecía cuando la mente estaba ocupada y los dedos quitaban las agujas secas. El aroma de la pipa le traía recuerdos, una niñez en medio de la nieve en algún lugar lejano tras la guerra que dejó profundas heridas en la tierra. Recordaba haber enrollado una hoja seca de aquella planta y encenderlo bajo el cielo de Toscana, aunque el aroma era diferente. El fuego en cambio, las sirenas, los gritos de auxilio se trasladaban desde aquellos que combatían las llamas al pueblo víctima de las bombas. El calor de afuera le recordaba esto, la sombra y la frescura del pinar renovaban su existencia. En la casa lo aguardaba la soledad interrumpida por las visitas ahora esporádicas del nieto ausente. Siempre había un pedazo de queso y un poco de vino para la ocasión, aunque la espera implicara endurecer al primero sabiendo que al ausente eso no le importaba. Encontró a la nuera preocupada sin prestarle atención, todavía manejaba por el camino rural cuyo asfalto parecía una promesa bíblica a esa altura. Semejante a la del puerto con el obstáculo insalvable de no contar con las vías que permitieran traer los materiales, las que quedaban estaban frente a los silos en Las Avutardas justo en la cancha de fútbol en la que jugó su nieto. Un camino sin salida, el metal moría entre el pasto y las cortaderas, en las rutas el caucho ganó la batalla. Las piedras que levantaban las ruedas volaban hacia el campo seco, en cuanto el viento girara hacia el oeste la revolución naranja se alzaría quemando a su paso esos lugares conocidos. Loros y avutardas emigraban del conflicto, el humano olvidaba no dejar las colillas encendidas hasta que resultaba tarde. Siempre habría una chispa que iniciara el fuego, luego venían las barras de hielo, los bidones transportando agua y el cuerpo de voluntarios jugando su vida en esa ruleta entre verde y rojo. Por la noche vino la calma, el viento del oeste no tuvo tanta fuerza y una parte del pinar sobrevivió. La lluvia de ese 23 de diciembre se ocupó del resto, el viejo continuó viendo las estrellas a las que remitía mensajes en forma de columnas de humo. Pronto vendría la hora de la reunión, la última navidad antes de partir hacia lo alto. La pipa quedó sobre la chimenea, en el aparador media botella de vino y un pedazo de queso. En ese lugar escondido en la memoria inicié la historia, como una forma de quitar culpas por haberme llegado tarde al último acto.    
Cuaderno 1, 12ª historia.