Prefiero el invierno

No le quiero llevar la contra a los que prefieren una estación más templada, pero a mí me gusta el invierno ya que en este clima bonaerense el calor húmedo no se quita con nada.

No hay manera de aliviar los cuarenta grados de temperatura que en ocasiones aparecen por el mes de enero, ni siquiera con los ventiladores trabajando 25/8 (perdón por la exageración) y dada la falta de aire acondicionado, el frío soluciona todo. 

Es cierto que la desaparición de las hojas, que primero empiezan a ponerse amarillas como las páginas de los libros envejecidos, nos marca que al otoño lo seguirá indefectiblemente la época gélida y ello me pone contento.

No necesito demasiado para esto, basta con una campera y a veces un gorro (ya que la cabellera se despobló y no volvió a reverdecer), aspirando profundamente el aire helado para sentir la sensación de pureza corriendo por todo el cuerpo.

Eso sí, cuando hace mucho pero mucho frío, me meto cerca de la estufa luego de mis correrías. 

¡Bienvenido invierno! 

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