Esta obra está licenciada bajo la Licencia Creative Commons Atribución 2.5 Argentina conforme se describe en la página intitulada "Creative Commons". "No hay nada como escribir. Todo lo que haces es sentarte frente a la máquina de escribir y sangrar" (Ernest Hemingway).
sábado
domingo
1983
El retorno de la democracia con la elección como presidente de Raúl Alfonsín marcó la primera señal de esperanza tras las décadas trágicas que siguieron a 1955, siendo la piedra fundacional de los 40 años de democracia ininterrumpida (el récor de nuestra joven nación en la materia). Pese a sus falencias y a lo mucho que falta todavía, aunque un sector de la sociedad piense que es mejor que gobierne siempre el mismo partido, las transiciones son necesarias para oxigenar al sistema que requiere evolucionar aún más. Los cambios son inevitables por más rígido e inamovible que parezca un estado de cosas, bien demostrado está a lo largo de la historia argentina. Diciembre de 1983 marca un hito, tal vez él más relevante para el sistema democrático, dado que millones de personas (y no los miles que pregonan bajando un cuadro) concurrieron a sufragar por primera vez. El voto es la principal arma del ciudadano, por no decir la única, ya que el derecho a peticionar ante las autoridades (las manifestaciones, las acciones judiciales) puede no ser oído claramente. Pero el sufragio es contundente como la realidad, quita el velo del cuento en él que vivimos a través de la propaganda y coloca las cartas sobre la mesa (igual que en el truco se puede mentir una hecho hasta que la mano yace inerte sobre el mantel). Las palabras del entonces presidente de los argentinos (no de una secta) siguen resonando en el tiempo como lo que son, la esperanza en el fondo de la caja de Pandora y cuyos principios remiten mucho más atrás en el tiempo al Preámbulo de la Carta Magna de 1853. La justicia como principio democrático y no justa composición de intereses, aparece enunciada dos veces como la idea fundamental que ha de proteger al sistema representativo, republicano y federal de las vejaciones de los personalismos que siempre están de paso.
"Nos los Representantes del Pueblo de la Confederación Argentina, reunidos en congreso General constituyente por voluntad y elección de las Provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes; con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer á la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución para la Confederación Argentina".
sábado
Tormentas
Al regresar por la ruta arreciada por la tormenta debió colocar las balizas y reducir la velocidad dado que el aguacero había borrado por completo el camino, lo sentía no obstante debajo de los pedales de la máquina que lo conducía a su casa apartada del resto de la civilización. Horas antes, su amigo se asomaba por la ventana tirándole una mirada desaprobadora respecto al sonido de la corneta del último mundial que hizo sonar. Aquel hombre se calzó sus anteojos de sol, contempló que estaba más oscuro de lo que pensaba y al ascender al vehículo mencionó el paraguas que le faltaba.
Horas
después se encontraban viendo la cortina que el cielo le había arrojado al
mundo sobre su osamenta, a una mujer paseando al perro por la costanera y al
torrente hídrico que se buscaba al océano ahí cerca en un gris rematado por el
blanco de las olas rompiendo rumbo al sudeste. Volvió a su casa tras dejar al
amigo saltando del pavimento a la vereda con el adminículo negro recién
adquirido, despidiéndose una vez más hasta dentro de un instante (pésimo sería
saber que esta es la última vez).
Su
casa apareció no sin antes haber atravesado la olla formada en la encrucijada de
calles de barro y cemento, dirigiéndose al interior seguro en donde sus afectos
aguardaban. Pasó la siesta en medio del fresco que regalaba aquella tarde del
final de la semana, hasta que decidió volver al mundo de los vivos abandonando
a un Morfeo somnoliento. Notaría entonces que la chapa delantera de la nave blanca
no estaba, supuso que con toda el agua que caía en su incursión a Mar de Barro
debería haberse ido con la correntada.
Difícil
precisar, no obstante le vino a la mente aquella hondonada que los críos
cruzaban descalzos y regresó allí buscando un rastro imposible que el viento ya
había disfrazado. Uno de sus vecinos le dio la pista del paradero de aquel
pedazo de identificación que no valía salir a buscar apurado, pero lo hizo ya
que en el medio pretendía ver el desenlace de la tragedia entre Triperos y
Sabaleros. Atravesó las calles repletas de las manchas que el deseo concretado
de la lluvia les dejó, a perros que se amontonaban en las rejas uniéndose a los
demás que le ladraban a un meteoro que aún no llega y a los sonidos de la brisa
una vez que la calma vuelve. La mujer cuyas chancletas resbalaban en la tierra
lo guió un par de cuadras más hacia la salida, tornando con su búsqueda a la
vez que la pesadez de la humedad se acumulaba en el ambiente.
El
encuentro ya estaba 1 a 0 en Rosario a favor de Gimnasia, el héroe de aquellos
instantes convertía a los demás en villanos necesarios para la historia que se
contaba en la pantalla. Del lado opuesto, aquel considerado el enemigo a vencer
fallaba en su máxima de romper el cero y así llevar el asunto al alargue. Cinco
años antes, con un marco distinto, el ahora proclamado enemigo abría la cuenta
una tarde de domingo después de que lloviera el día anterior obligando a
posponer el encuentro. Por ironías del fútbol, la vida es un ámbito más
extenso, el sujeto cuyo remate pegó en el palo en la final de vuelta ahora se
volvía la figura salvadora marcando el gol que no fue.
En
medio de los dramas canalizados en el balompié el mundo no se termina allí y existe
la posibilidad de revancha, la oportunidad surgirá dado que se trata del fútbol.
Colón volverá.
viernes
Escampó
Es viernes, 01/12/2023, un año atrás llovía también pero no en la
proporción de este día que incluyó cortinas de agua, viento, oscuridad,
personas caminando en cortos y varios elementos más acordes a la situación.
Pero esto no iba a ser un obstáculo pese a estar molestando desde las 05:00 de
la mañana en cuanto comenzó a aclarar. El motivo es uno bien distinto, la obra
se encuentra terminada pese a que falta el ojo del protagonista y así
finalmente tras la numeración el asunto ha concluido.
Arrancó sin proponérselo un 15/07/2023 en la ciudad de Mar del
Plata, hacía frío, demasiado frío y las personas se apretujaban sus telas
intentando evadir la atmosfera gélida del sábado. En el subsuelo del hotel
Prince el desayuno presentaba a un puñado de sujetos que a las ocho y cuarto ya
buscaban una nueva taza de café, fue entonces que Alex soltó una de sus tantas
historias sobre la incursión eterna a la mente humana. El grabador comenzó a
hacer su trabajo, de ahí la primera de las preguntas y la consecuente oración
que la heredó:
—¿Cómo era el
lugar?
Una mole que
resuma burocracia.
El 16/07/2023
abandonamos el cobijo que nos brindaba La Feliz deteniéndonos unos momentos en
Mar Chiquita, un domingo en él que el frío había cedido un poco y un sol tibio
se asomó sobre la Ruta 11. Al día siguiente comenzaría a escribir las primeras
páginas, aunque enseguida vendrían las preguntas de manera que durante el
jueves 20/07 además del café de la mañana vino el almuerzo. Cada dos o tres
semanas nos veíamos en el mismo lugar, dándole vida a la historia sobre el
procesador cuya siguiente página aguardaba ansiosa.
El 09/11 el libro estaba listo en sus concepciones generales,
siguió la lectura de los textos nacidos en el invierno, el agregado de algunas
anécdotas más y en este viernes aguado el folio cubrió aquella masa de páginas
que se fueron con el sujeto que las generó. Hubo que leer bastante en materia
futbolera, dado que requería de información sobre partidos a lo largo de medio
siglo y más allá de esto la intención siempre ha sido contar la vida de los que
no salen en las biografías de próceres y héroes (o villanos).
Aquel que cae primero siendo reemplazado por uno que no se pone a
pensar el rol que desarrolla, dado que sin él no hay función.
Mi trabajo está terminado, al fin.