Las demás letras sufren de calvicie por exceso de uso
aunque en la época actual sería más bien por haberlas olvidado sustituyéndolas
con otras que no suenan igual, el problema es que las pronunciamos mal
generando una confusión enorme en la que el orden del abecedario se ve
alterado. Sin embargo ella mantiene su cabellera flotando en el viento como
nave insignia de esto que se llama lengua, dejando a un lado las abominaciones
que son las sombras apenas en torno a un fuego agitándose en la tempestad. Las
formas oscuras tienen como lienzo a la pared de esa caverna desde la cual los petroglifos
se han rebelado mutando a palabras, la revelación es tal que las personas
empiezan a darle nombres a su realidad la que cambia por completo. Dejan
entonces de ser extraños cubriendo el sitio que habitan una atmosfera hogareña
en la que los niños crecen sin sonidos guturales, pasado cierto tiempo el reloj
corre semejante a una cuerda que se va cubriendo de ñudos alcanzando un tamaño
considerable antes de cortarse. La hermana mayor hace las veces de ñaña cuando
no de madre aunque no llegue a alumbrar nunca descendencia, viendo sus días
languidecer hasta volverse polvo de ese mecanismo que es finito. En el mañana
los ya adultos, con la niñez en un cofre abandonado, se han esparcido por el
mundo que deja de ser desconocido aunque el llamado de la casa sigue sonando en
la noche invernal metiéndose con la invasión del agua en esa zona ribereña para
luego retroceder con la manada de pinzas. El actor principal es un tacaño
consumado, le destina poco y nada a las cuestiones afectivas intentando
resolver los problemas de otros que confían en su sapiencia aunque muchas veces
sabe menos de lo que muestra. Sin embargo a su orilla llegan los restos del
naufragio, los pedazos de historias con almas aún aferradas a la carne
solicitando una y otra vez asistencia al igual que un pedigüeño que no tiene un
hábito mejor arraigado. Por ello esta pausa entre tanto papelerío que esconde
posibilidades de salvarnos de ser los siguientes en zozobrar, aunque nos hemos
vuelto isleños que miran con pavor al océano que supone la vida.
Esta obra está licenciada bajo la Licencia Creative Commons Atribución 2.5 Argentina conforme se describe en la página intitulada "Creative Commons". "No hay nada como escribir. Todo lo que haces es sentarte frente a la máquina de escribir y sangrar" (Ernest Hemingway).
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