Bajo los cielos del mundo exterior libra una batalla eterna.
Una tras otra las hordas de los caídos vienen para padecer
el destino de las estrellas al quebrarse.
Aquí no hay sol que surja sobre los abismos,
el día es un combate sin fin desde Saterra
hasta el portal que conduce a la cámara del Shokan.
Sin fin pero sin manchas, en otra victoria inmaculada.
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