viernes

Batalla

El lazo y el martillo
juntos una vez más,
para cabalgar hacia la gloria
en medio de la marea roja
que anunciará éste océano
carmesí al calor de las llamas,
mientras el acero se calienta
anunciando la llegada de una
nueva contienda.

Algo se agitaba

Algo se agitaba dentro,
podría sentirlo más que al frío 
de la noche que los cubría.
Sobre ese tronco desgastado
llevaba a cabo el ritual,
observado por un par de ojos
que veían hacia la nada misma.
Moviéndose frenéticamente,
asiendo las cadenas de la carne
una y otra vez , hasta que no fue
más que la espuma del mar
golpeando sobre la arena.
Entonces saciado se alejó
al amanecer, dejando tras de si
un rastro de perdición.

Adiós

10.000 veces 10.000

Diez mil, cuenta hasta allí
tantas veces como sea necesario
pero siempre aparecerá un idiota
a fastidiarlo todo.
En el oasis hallaré paz
pero fuera la arena 
recordará el calor de los conflictos.
Y por más que me apretuje la capa
algo se colará entre mis ojos,
golpeando mi alma una vez más.

1997

Después de esto no nos veremos tan seguido,
tus palabras aún perduran en mi memoria
y es así como nos hemos dispersado en el viento.
Tras los festejos en un lejano diciembre
nuestros caminos se separaron,
en algún punto existe un monolito recordando
ese momento que queda en el tiempo.
Te veo partir cruzando la entrada de Océano
en una tarde calurosa de enero y esa
es la última imagen que tengo de ti.
Lo demás queda inalterable
hasta el día en el que nos volvamos a ver
y le pongamos rostros cansados
a esta escena llamada existencia.

93' 97'

Un día nos encontraremos, será como antes o tal vez nos acerquemos un poco
al momento en el que no éramos más que unos mocosos tratando de pasar
pruebas, pegando las piezas del rompecabezas que nos ha planteado esta vida
con lo que teníamos a mano y sonriendo en cada amanecer.

Después todo se torna una diáspora, un éxodo fríamente ejecutado e incluso
el arriero se ha ido a buscar otras pasturas, dejando al viejo can oteando el horizonte
para saber cuándo podrá perseguir a los que se apartan de la manada.

Puedo recordar los rostros, los nombres, las risas y cada cosa que descubrimos, 
incluso podría buscar en el fondo de mi memoria para extraer alguna anécdota.
Algo más que volcar aquí.

4 Jinetes

La torre tiembla, el portal hacia el otro lado se ha abierto.
Es hora dejar el bastión, los lazos que nos mantenían 
prisioneros se han cortado finalmente.
Afuera la lluvia cae intensa,
la armadura parece estar hecha a medida
y el acero brillante como el primer día.
Cientos de estrellas se han fundido
cuando el blasón dejó la forja,
ahora es tiempo de blandirlo una vez más.
El primero cruza el páramo devastado,
atrás quedan el pantano y el castillo
derruido de una emperatriz tarada.
El segundo viene desde el sur,
sus cascos resuenan sobre los adoquines
de esa ciudad perdida.
Los otros dos cargarán
desde la ciudad del viento,
trayendo una tormenta de martillos
y hierros incandescentes.
Somos los cuatro
nos hemos soltado de cada esquina de éste mundo
para purgarlo definitivamente,
luego beberemos nuestro Malbec.
Tiembla réprobo,
corre a esconderte
dentro de una madriguera
que nuestro fuego no sabe
de muros ni de defensas.
No hay salvación esta noche,
deja que la lluvia lo lave todo
y los cráneos reposen en las picas.